Entrevista/ Recibe el premio Carlos IV de Investigación en Med. Preventiva y Salud Pública

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| viernes, 29 de octubre de 2010 h |

E. S.Corada/M. Raspal

Madrid

Pregunta. El premio es un reconocimiento a su carrera, ¿qué logro destacaría de su trayectoria?

Respuesta. He trabajado en programas de investigación en salud que tuvieron gran impacto en la comunidad como la erradicación de la viruela, que fue erradicada totalmente del mundo hace 30 años, y otro trabajo muy importante fue la erradicación de la poliomielitis y el sarampión en América Latina. Son hechos de mucho impacto en salud pública en los que he participado junto con otras personas.

P. Tras estos trabajos, ¿qué objetivo tiene ahora entre manos?

R. Actualmente soy vicepresidente ejecutivo del Instituto de Vacunas Albert Sabin en Washington donde investigamos vacunas para enfermedades olvidadas que ya no son tan importantes para el mundo industrializado como el tracoma, la anquilostomiasis, la esquistosomiasis y otras enfermedades tropicales. También recogemos recursos para el tratamiento de enfermedades en países subdesarrollados de África y América Latina, y un área muy importante es también trabajar con los gobiernos, los ministerios de salud, de finanzas y parlamentos de países de África y Asia para que asuman más responsabilidad sobre sus programas y consigan colocar más recursos propios para los programas de vacunación y no sean totalmente dependientes de la ayuda externa. Las vacunas tienen un coste elevado y necesitamos que todos participen para llegar a conseguir que niños y adultos que las necesiten las tengan.

P. En los últimos años han aparecido muchas vacunas nuevas. ¿Por cuál de las que se encuentran en investigación apostaría como la próxima en aparecer?

R. Las últimas tres vacunas más importantes aparecidas y qué tenemos registradas son contra el rotavirus, contra el neumococo, que mata a muchos niños al año, y la del virus del papiloma humano, que están listas todas en los países industrializados. Lo que tenemos que hacer ahora es llevarlas a los países más pobres. Otras prioritarias que están en la lista de las más importantes son las vacunas contra la malaria, la tuberculosis y el VIH/sida.

P. La vacuna frente a la gripe A causo mucha controversia el año pasado, se dijo que se hizo deprisa y sin conocer bien los efectos secundarios derivados de su uso…

R. Esa vacuna fue utilizada sin ningún problema, felizmente no hubo una pandemia tan seria como se pensaba pero se tomaron las medidas necesarias para evitar un problema mayor. Me parece bien cómo se planteó.

P. Hace unos días se planteaba en EEUU la vacunación obligatoria para los sanitarios. En España la tasa de vacunación de este colectivo es muy baja, incluso muchos se negaron a recibir la de la gripe A. ¿Cree que debería existir obligación jurídica al respecto?

R. Es una cuestión que debe decidir cada gobierno con su ministerio y, según sus criterios, debe establecer la vacunación en su propio país. Muchas veces a renuencia de un grupo u otro pero son cosas que ocurren y que se deben manejar de la mejor forma posible con una buena comunicación social y educación. Siempre que haya un problema, una pandemia de gran influencia, es muy importante que los profesionales sanitarios estén vacunados porque se pueden poner todos enfermos y sería un problema muy serio. Es algo lógico que no se pongan enfermos los que deben tratar a los pacientes, que deban estar protegidos. Son cosas del pasado, ya pasó y listo. Pero pienso que siempre que haya una situación grave y el personal esté amenazado de enfermarse debe estar protegido. Es una cuestión lógica.