Suele decirse en el ámbito deportivo que “las estadísticas están para romperse”, en especial si estas son negativas. De aplicarse este dicho la farmacia comunitaria, no solo debería romperlas en su caso, sino ni mirarlas. Las previsiones apuntan a más recortes para hacer frente al gasto farmacéutico, la evolución de los medicamentos genéricos seguirá al alza, los medicamentos de venta sin receta (que más rentabilidad ofrecen) siguen estancados en el 6 por ciento respecto al total de ventas…
“Con este panorama, el futuro de la farmacia como simples dispensadores de medicamentos no tiene recorrido y, por tanto, el modelo farmacéutico se morirá al no tener sustento económico”, avisó Alexia Lario, presidenta de la patronal madrileña Adefarma, en la mesa redonda ‘Viabilidad económica de la farmacia: apuestas de futuro’, celebrada en la jornada del 3 de diciembre del II Congreso de Autocuidado. Para Ana Celada, secretaria de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), “la viabilidad de la botica no es solo cuestión económica, sino de enfoque científico-asistencial”. ¿Dónde estaría una solución a ambos pareceres? En los servicios remunerados, coincidieron ambas. Eso sí, “no conviene quemar el concepto y trabajar todos en un proyecto común”, instó Lario.
En esta mesa se puso de manifiesto la falta de confianza en que sea la Administración quien abone las nuevas funciones asistenciales de las farmacias, aunque existen otras opciones: “que sean pagados por las aseguradoras, un modelo mixto, los pacientes…”, enumeró Celada. Ahora bien, “aunque la Administración no quiera pagar por los nuevos servicios, sí nos debe ayudar a regularlos, porque muchos de los que tenemos en mente necesitan regulación propia”, expuso Lario. Su compañera en esta mesa apoyó la petición: “cualquier servicio debe estar apoyado en la regulación”, corroboró Celada. Eso sí, pagase quien pagase, “hay que ser coherentes con los precios, para que sean asequibles”, estima la presidenta de Adefarma.