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Una investigación liderada por Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), ha logrado identificar una posible nueva diana terapéutica en cáncer de pulmón, la histona metiltransferasa (Setdb1). En concreto, estos investigadores del Idibell han observado que entre el 5 y el 10 por ciento de los pacientes con cáncer de pulmón, en vez de portar dos copias de este gen, como es habitual, llegan a tener hasta diez copias.
Un caso de amplificación génica que Esteller compara con el del descubrimiento de HER2 en cáncer de mama. En este caso, uno de los mayor éxito dentro del campo de la oncología, se consiguió encontrar unn molécula, trastuzumab, a la que este tipo de tumores de amplificación génica en mama resultó ser sensible.
Ahora, si bien es cierto que ya existe un antibiótico, la metramicina, que ha resultado ser “sensible en aquellos cánceres de pulmón que tienen una amplificación del gen Setdb1”, asegura Esteller, la realidad es que este fármaco tiene dos importantes inconvenientes: su inespecificidad y su poco interés comercial para ser desarrollado como tratamiento en cáncer.
De ahí que el siguiente reto en esta investigación sea encontrar una molécula más específica para este gen, tal y como ocurrió en cáncer de mama con trastuzumab. Y aquí es donde entran las compañías farmacéuticas que, tal y como expone Esteller, “disponen de miles de compuestos en desarrollo preclínico” que pueden probar en células con amplificación versus otras células sin amplificación, para comprobar si alguno de esos compuestos podría tener especificidad en este tipo de tumor con alteración genética en Setdb1.
Proyecto Curelung
Este hallazgo ha sido posible gracias al Proyecto Curelung de investigación en cáncer de pulmón, una iniciativa europea que nació “precisamente para encontrar dianas moleculares que sirvan de base para el diseño de nuevos fármacos”, destaca Esteller.
El proyecto, que comenzó hace ahora unos tres años aproximadamente y que finalizará este diciembre, está financiado por la Unión Europea y liderado por el Idibell desde Barcelona. Ahora, subraya este investigador, esta nueva diana terapéutica se convierte “en el primer producto fruto de este proyecto”.
Y no sólo eso, sino que su descubrimiento consigue que el porcentaje de pacientes con cáncer de pulmón para los que quizás hay una diana específica pase de un 10 a un 20 por ciento, ya que esta nueva alteración genética afecta a casi un 10 por ciento de los pacientes. Un porcentaje al que hay que sumar aquellos pacientes portadores de mutaciones en EFGR y ALK, más sensibles a ciertos fármacos con actividad inhibidora de tirosin-quinasa.
Un porcentaje nada desdeñable teniendo en cuenta que el cáncer de pulmón es uno de los que mayor número de muertes causa al año en el mundo, junto a los tumores de estómago, hígado, colon y mama, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).