E.M.C. Madrid | viernes, 06 de febrero de 2015 h |

La mitad de los pacientes con cáncer reciben tratamiento con radioterapia. Sin embargo, en muchos hospitales españoles los equipos superan con creces los diez o doce años de antigüedad que garantizan su correcto funcionamiento. Para evitar la obsolescencia de estos equipos, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) insiste en la creación de una normativa nacional que fije el tiempo máximo de uso de los aceleradores lineales y que sea de obligado cumplimiento por parte de las comunidades autónomas.

Ana Mañas, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital La Paz (Madrid) y expresidenta de SEOR, explica que el uso de equipos desfasados tiene repercusiones a muchos niveles. “El número de averías es mayor y, además, los tratamientos son más tóxicos que cuando se aplican con equipos modernos”, advierte. La especialista recuerda que actualmente son capaces de dar al volumen tumoral una dosis muy alta de radiación protegiendo los órganos cercanos y evitando toxicidades.“Por eso es muy importante que haya una renovación continua buscando las fórmulas más diversas: leasing, alquiler, etc.”, advierte. El concurso, por ejemplo, es un procedimiento largo que hace que cuando lleguen los equipos ya hayan quedado desfasados, lamenta. Es importante, destaca, porque la oncología quirúrgica y la radioterapia resuelven el 70 por ciento del cáncer.

La especialista indica que la situación en las comunidades autónomas es muy diferente. En Madrid, por ejemplo, habría que renovar entre siete y diez equipos. Andalucía y Cataluña repusieron buena parte de los aceleradores hace unos años, subraya.

Otra asignatura pendiente, en su opinión, es la instalación de una unidad de protones en nuestro país, que resolvería las necesidades de Portugal y del norte de África. Mañas recuerda que el proyecto de construcción en Madrid quedó paralizado hace cinco años como consecuencia de la crisis económica.