José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 25 de septiembre de 2015 h |

Los nuevos fármacos antidepresivos ofrecen claras ventajas en el tratamiento de los síntomas cognitivos con respecto a los medicamentos que se emplean hoy en día para combatir la depresión. Así lo explica Miquel Roca, psiquiatra del Hospital Juan March, en Mallorca, y profesor de la Universidad de las Islas Baleares. Este experto también añade que “entre las moléculas que pueden aparecer en el corto plazo en diferentes países o que se han comercializado ya recientemente en algunos de ellos, destacaría brexpiprazol, vilazodona, levomilnacipran o vortioxetina. En España, en concreto, parece que está muy cercana la comercialización de vortioxetina”.

Estos nuevos antidepresivos, aunque no supondrán un cambio de paradigma en el tratamiento de la patología, comenta este experto, “intentan tener una eficacia más concreta sobre síntomas específicos y nucleares de la depresión”. Estos son síntomas como la anhedonia o las alteraciones cognitivas como los problemas de memoria, los problemas de concentración o la baja velocidad de reacción. Además, también intentan conseguir una mayor rapidez de acción en los pacientes, uno de los objetivos más anhelados cuando se trata esta patología.

Entre los nuevos antidepresivos que están a punto de llegar, Roca señala la vortioxetina, ya que los estudios realizados hasta la fecha han mostrado que este fármaco es eficaz “en depresión con ansiedad, en la población geriátrica y también en síntomas relevantes como la cognición de manera muy específica”.

Este experto comenta que esta molécula presenta “un modo de acción multimodal, más complejo que los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina y duales que se han empleado hasta ahora”. Aunque el mecanismo de acción de este fármaco no se conoce por completo, los ensayos han mostrado que es agonista de los receptores 5-HT1A, agonista parcial de los receptores
5-HT1B y antagonista de los receptores 5-HT3, 5-HT1D y 5-HT7. “Este mecanismo de acción multimodal es lo que podría explicar las ventajas que ofrece con respecto a los antidepresivos que utilizamos en la actualidad”, apunta.

Gracias a la esperada aparición de nuevos antidepresivos, “y a que estamos viendo que muchas políticas de salud tienen en cuenta a la depresión como una patología grave que requiere de un abordaje importante, hay cierto optimismo en el tratamiento de esta patología”, afirma Roca. Las nuevas guías y los nuevos fármacos, señala, se están desplazando hacia un planteamiento más ambicioso e integral del tratamiento. “Por eso se está trabajando en antidepresivos que ofrezcan no sólo tasas de respuesta más elevadas, sino tambén mejores tasas de remisión, con menos efectos secundarios, que disminuyan el riesgo de recaída y recurrencia, y que restablezcan el funcionamiento cognitivo y social de los pacientes”, apunta.

Microbioma y TDAH

Otro de los temas destacados del congreso ha sido el del papel del microbioma en las patologías del neurodesarrollo como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Como explica Josep Antoni Ramos-Quiroga, del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron, en su centro hay en marcha un programa que tiene como objetivo estudiar cómo el microbioma puede influir en la presencia y la gravedad de esta enfermedad. “La hipótesis es que determinadas cepas de bacterias pueden producir sustancias que estimulen el nervio vago, que sale del cerebro e inerva transmisión neuronal al intestino”, señala este experto. Para este estudio, compararán “las cepas bacterianas presentes en las heces de un grupo de pacientes adultos con TDAH con las de adultos sin la patología”. En esta línea, un estudio finlandés, comenta Ramos-Quiroga, comparó a dos grupos de niños, unos tratados con probióticos y otros no. “Trece años después del tratamiento, ninguno de los niños del primer grupo sufrían TDAH”, apunta.

El suicidio como conducta adictiva

Aproximadamente el 10 por ciento de las personas que realizan tentativas de suicidio son grandes repetidores (cinco o más tentativas). Lucas Giner, psiquiatra y profesor de la Universidad de Sevilla, señala que está cobrando fuerza la hipótesis de que, en este subgrupo de pacientes, los intentos de suicidio responden a los mismos mecanismos neurobiológicos que las conductas adictivas. “El acto proporciona placer al reducir el estrés, lo que aumenta la dopamina y refuerza la conducta”, señala. Aunque es necesario realizar estudios para demostrar que, a nivel neurobiológico, los grandes repetidores se comportan como adictos, “en este subgrupo de pacientes hay más porcentaje de adicciones al juego o a las sustancias”, añade Giner.

El mecanismo de acción multimodal de vortioxetina podría explicar su eficacia
en los síntomas cognitivos

Expertos señalan que
el exceso o la falta de algunas bacterias puede afectar
al neurodesarrollo