INFORME/ El próximo Consejo Interterritorial del SNS analizará la primera evaluación de la estrategia nacional para renovar la primaria

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Las sociedades científicas reclaman participación de los profesionales a la hora de valorar el grado de implantación de la estrategia marco

Los resultados del informe constatan una realidad conocida, por lo que las sociedades reclaman medidas efectivas para pasar a la acción

| 2010-01-29T17:30:00+01:00 h |

La visión de las sociedades sobre el impacto real de la AP21 tiene puntos en común. Coinciden en que la insuficiencia financiera lastra el cambio al que aspira la primaria. La evaluación constata que el porcentaje del gasto sanitario destinado a la AP se ha mantenido en el 14 por ciento, una cifra que varía en las CC.AA., pero que, en cualquier caso, resulta muy lejana al 20 ó 25 por ciento reclamado para la primaria.

Desde Semfyc, Aguilera reconoce las mejoras, pero apunta que queda mucho por avanzar en la desburocratización, la mejora de la capacidad resolutiva de los centros y los médicos o los sistemas de información.

Mientras, Julio Zarco reitera que la estrategia resulta insuficiente y que debería integrarse en un debate sobre el SNS en el marco del pacto. Además, subraya, llegó cuando muchas CC.AA. contaban con planes de mejora, que no siempre coinciden con las nuevas directrices. Zarco incide en que ha sido excesivo el tiempo invertido en elaborar los indicadores que recoge la evaluación, al mismo tiempo que invita a superar las reflexiones intelectuales para comenzar a ejecutar cambios de rumbo del modelo de atención primaria. Si existiera voluntad política, advierte Moisés Robledo, de SEMG, se podría empezar por implantar su decálogo de medidas urgentes para la AP, algunas de ellas a coste cero.

Esther Martín del campo

Madrid

A pesar de que el borrador de la primera evaluación de la estrategia AP21 se conoce desde octubre de 2009, los resultados de este primer informe no se analizarán en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud hasta la próxima convocatoria, a principios de febrero, aunque todavía no es seguro que vaya a ser uno de los puntos del día.

Es el primer análisis desde la puesta en marcha de este plan estratégico en 2007, una herramienta planteada a partir de la Conferencia de Presidentes para impulsar una transformación del primer nivel asistencial en cuya gestación participaron sociedades científicas y representantes del ministerio y las comunidades autónomas. En pleno ecuador de este plan, que termina en 2012, las sociedades científicas reclaman un compromiso político real que dote de recursos económicos a la atención primaria y haga posible los cambios efectivos que reclaman los profesionales.

En declaraciones a GACETA MÉDICA, los portavoces de las principales sociedades científicas coinciden en cuestionar el método de evaluación actual, que determina que el seguimiento de la implantación de las 44 estrategias que integran el programa marco corresponde al Ministerio de Sanidad, con la colaboración de las comunidades autónomas. Eso sí, es cierto que entre las conclusiones del borrador ya se anuncia la conveniencia de que las sociedades científicas se integren en futuras evaluaciones que, si se cumplen los plazos establecidos, se realizarían de forma parcial en 2011 y se completarían con una evaluación final en 2013.

Evaluación continua

El presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Luis Aguilera, plantea la creación de un grupo de evaluación estable, liderado por el ministerio con participación de los servicios de salud y de las sociedades científicas, para hacer un seguimiento continuo, en lugar de evaluaciones puntuales establecidas arbitrariamente. “De esta forma —razona Aguilera—, estaríamos recibiendo y poniendo a disposición la información sobre los resultados de estos planes para continuar avanzando de manera más informada”.

Desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, su presidente, Julio Zarco, coincide en que las sociedades han participado en la estrategia, pero no en la evaluación. “El problema es que son los profesionales sanitarios quienes pueden medir los resultados reales de las acciones, lo que no se puede seguir desde un despacho ministerial o una administración regional”, apunta. Como representante de los profesionales, considera que tanto sociedades científicas, como la Organización Médica Colegial o los sindicatos deberían estar representados en esta evaluación.

Un diagnóstico conocido

Por su parte, Moisés Robledo, miembro de la Sociedad de Medicina General (SEMG), cree que establecer un mecanismo de evaluación permanente puede ser útil, pero considera que el diagnóstico ya está hecho. “Estos resultados en realidad sólo sirven para constatar los diversos estudios realizados sobre el estado de la AP, corroboran lo que ya sabíamos —indica—. Ha llegado el momento de pasar a la acción”.