Firman un documento de consenso pionero a nivel mundial para unificar el abordaje de la FA en las urgencias hospitalarias

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| martes, 18 de septiembre de 2012 h |

“Si los nuevos anticoagulantes orales hubieran surgido en un escenario sin crisis económica, se estarían prescribiendo mucho más en pacientes con fibrilación auricular”. Así lo consideran expertos de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) y de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que presentaron hoy la actualización del documento de consenso “Manejo de los pacientes con fibrilación auricular en los servicios de urgencias hospitalarios”, donde se recoje como opción preferencial para la mayoría de pacientes con fibrilación auricular, “por sus ventajas y seguridad”, esta nueva familia de medicamentos, que, a su juicio, “terminarán en un futuro sustituyendo al sintrom”.

Según indicó Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la SEC, “el precio de la caja de un anticoagulante oral nuevo es mayor que el de la caja de sintrom, ahora bien, si se tiene en cuenta que éste último necesita un análisis, una enfermera, una tira reactiva, que el enfermo vaya al centro de salud o el aumento de los casos de ictus y de hemorragias cerebrales, los nuevos anticoagulantes, al final, no son más caros. Y si encima mides lo que ganas en salud para un enfermo, el coste-efectividad es claro”.

Fernández se quejó del “cortoplacismo” en la gestión sanitaria y de que se priorice el “impacto inmediato” en el presupuesto de cara a tomar decisiones de financiación, ahora bien, según dijo, “no se ven las ventajas que pueden aportar este tipo de medicamentos y muchas otras técnias médicas en el medio y largo plazo”. Ahora bien, consideró que “al final se terminan implantando poco a poco” a pesar de que el coste inicial “asuste al gestor que tiene que sufragarlo”.

En la misma línea, Alfonso Martín, coordinador del Grupo de Arritmias Cardiacas de la Semes, precisó que “no hay nada más eficiente que lo que es efectivo, y los nuevos anticoagulantes lo han demostrado claramente”, pero suponen, aclaró, “un desembolso actual que no se tiene en la cartera”. Martín apoyó la administración de fármacos “más seguros y efectivos”.

Ambos especialistas coincidieron en que hay que convencer a los gestores y hacer hincapié en la ventaja de los nuevos fármacos, y denunciaron la realidad actual: “Los médicos no es que no quieran prescribir estos fármacos, sino que no pueden”.

Un documento “pionero en el mundo”

En cuanto a la actualización presentada del documento, “pionero en el mundo”, se trata de “una adecuación de la evidencia científica de las guías de práctica clínica internacionales, haciéndola además aplicable a la realidad de los servicios de urgencias de nuestro país, con independencia del nivel de sofisticación de cada hospital”, explicó Martín. Además, “se han introducido las principales novedades terapéuticas que ha habido en los últimos diez años, como los citados anticoagulantes orales —que apenas interfieren con otros fármacos y alimentos y pueden administrarse en dosis fijas sin necesidad de monitorización— o un nuevo antiarrítmico que destaca especialmente por su rápida acción y seguridad en pacientes con fibrilación auricular de reciente comienzo”.

Este nuevo documento se basa en otro de 2003 y tiene como principal objetivo “la homogeneización de la práctica clínica en torno al abordaje de la fibrilación auricular, un tipo de arritmia que es muy frecuente en los servicios de urgencias de todos los hospitales, sean éstos del tipo que sean”, indicó Fernández Lozano. “Además, al desarrollar este documento entre expertos de ambas sociedades en común, pretendemos que la atención del enfermo siga un tratamiento lineal y que lo que se decida en Urgencias se continúe luego desde el Servicio de Cardiología, con el fin de incrementar la adecuación del tratamiento y de optimizar el uso de los recursos”, señaló.

El documento incluye los avances terapéuticos para el tratamiento de la fibrilación auricular, entre los que destacan los destinados a la restauración del ritmo sinusal, y los destinados al mantenimiento de dicho ritmo. También se han modificado los criterios de anticoagulación en base a las recomendaciones de las guías europeas, y se han incorporado las nuevas indicaciones en el control de la frecuencia cardiaca, que se convierte en la estrategia de elección especialmente en pacientes ancianos con elevada comorbilidad.