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Cecilia Ossorio
Barcelona
Los tratamientos de la esclerosis múltiple (EM) no son reparadores. Tan sólo permiten que no se produzcan nuevas inflamaciones en el sistema nervioso central, que “el sistema inmunológico no se equivoque”, como señaló Mar Tintoré, responsable asistencial del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña en el Hospital Vall d´Hebron, en el marco de la 61ª Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología. El objetivo ahora no consiste sólo en ralentizar el progreso de la discapacidad física y cognitiva, sino que la acumulada mejore.
En este sentido, los datos del análisis post-hoc a dos años del ensayo fase III Affirm con natalizumab —publicados en The Lancet Neurology— y presentados en el congreso, muestran que este anticuerpo monoclonal aumentó la probabilidad de una mejora sostenida en pacientes con una puntuación de referencia en el estado de discapacidad expandida (EDSS) igual o mayor a 2,0 en el 69 por ciento en relación con placebo.
“Se ha visto que estimula la regeneración o estabilización de los daños a la vaina de mielina”, apuntó Txomin Arbizu, de la Unidad de EM del Hospital de Bellvitge. Tintoré subrayó que las terapias clásicas disminuían un 30 por ciento de los brotes, frente al 70 por ciento que consigue natalizumab. Además, destacó que se ha logrado multiplicar por cuatro el número de pacientes que experimentan una mejoría de su discapacidad acumulada, que se ha comprobado en varios análisis (a 3, 6, 12 y 18 meses).
Una cuestión significativa que no se había demostrado hasta ahora es que un 37 por ciento de los pacientes se mantiene libre de brotes, en comparación con el siete por ciento de los tratados con placebo.
En el estudio Affirm con natalizumab versus placebo participaron más de 900 pacientes con al menos cinco años de enfermedad que no habían recibido tratamiento previo. En la actualidad, Tintoré señaló que en su unidad están siendo tratados con este fármaco —aprobado en segunda línea para las formas remitentes-recidivantes de EM— 100 pacientes con 10 años de enfermedad.
Según los expertos, debido a que natalizumab bloquea la proteína que cruza la frontera del cerebro y está en el origen de la patología, el mayor efecto adverso de este fármaco, con un riesgo de 1 por mil, es la activación del virus JC, causante de la leucoencefalopatía multifocal progresiva.
Actualmente se concentran esfuerzos en descubrir la causa de la enfermedad que, como indicó Arbizu, no es sólo genética. “Los que más riesgo tienen son los gemelos homocigóticos, de un 35 por ciento, que se puede considerar una predisposición genética pero no una herencia”, aclaró. Así, se barajan además factores medioambientales como el virus Ebstein-Barr, el virus del herpes o la vitamina D.
Ley de Dependencia
En otro sentido, durante la rueda de prensa del congreso Jesús Porta, vocal de comunicación de la SEN, explicó que la enfermedad neurológica es la primera causa de dependencia en España. Por eso, desde esta sociedad piden al Ministerio de Sanidad que se persiga la equidad autonómica en el desarrollo de la Ley de Dependencia. Eduardo Martínez Vila, presidente de la SEN, hizo hincapié en que la investigación clínica realizada por neurólogos es una tarea pendiente de la Administración.
Existe una apuesta cada vez mayor por el uso de los antiepilépticos de segunda generación como inicio de tratamiento en el paciente adulto, especialmente en los que presentan comorbilidad. Es una de las conclusiones del primer consenso nacional sobre las terapias en epilepsia de nuevo diagnóstico en el adulto, que se presentó durante la Reunión de la SEN.
“Estos fármacos presentan mucho menos efectos adversos y son mejor tolerados que los clásicos; desde el punto de vista farmacocinético tienen pocas interacciones y presentan menos problemas de metabolismo, lo que resulta una ventaja para los pacientes polimedicados”, explicó a GM Vicente Villanueva, del Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Fe de Valencia. Es uno de los cinco epileptólogos que han dirigido este trabajo basado en el criterio de 60 especialistas de la materia. El experto destacó algunos métodos diagnósticos de los que se trató en la reunión, como el co-registro de imagen —fusión de resonancia, PET y SPECT cerebral—, que permite localizar mejor el área de inicio de las crisis epilépticas y optimizar así el tratamiento quirúrgico de extirpación de esas regiones.