FRANCISCO ROSA Madrid | viernes, 12 de septiembre de 2014 h |

El pasado mes de agosto, el Ministerio de Sanidad confirmó el reembolso de la primera vacuna para la prevención de la enfermedad meningocócica por serogrupo B, aunque, tras las recomendaciones realizadas por la Comisión de Salud Pública, se ha restringido su uso al ámbito hospitalario para las situaciones de mayor riesgo, ante agrupaciones de casos o brotes, en situaciones de hiperendemia u otras condiciones particulares que establezca la autoridad.

Desde el ministerio han confirmado que esta decisión se justifica “teniendo en cuenta la situación epidemiológica de la enfermedad meningocócica tipo B en España y las incertidumbres acerca de la efectividad de la vacuna, de la persistencia de anticuerpos protectores a medio y largo plazo, de la seguridad y eficacia de la vacuna en inmunodeprimidos, y del efecto en la administración concomitante de esta vacuna con otras, como la que se aplica contra la enfermedad meningocócica tipo C o frente a la vacuna conjugada frente enfermedad neumocócica invasora 10 y 13 valentes”. La restricción podrá ser revisada “en función de la información de eficacia y seguridad” que se genere.

A este respecto, Federico Martinón, pediatra del Complejo Hospitalario de Santiago que ha participado en el desarrollo clínico de la vacuna, hizo hincapié en que aunque “no se dispone de datos de eficacia por las dimensiones del estudio, se han obtenido marcadores aceptados por las agencias regulatorias”. Además, dijo que “la totalidad de los pacientes a los que se les administró la vacuna ofrecieron una respuesta inmunitaria”.

En todo caso, parece preciso transformar estos datos en evidencia, la cual, al parecer, tendrá que venir de un uso más extendido en otros países. Desde Novartis aseguran que algunos como Reino Unido, Alemania, Italia o Quebec (Canadá) ya han aprobado su inclusión en el calendario vacunal, argumento que ha sido puesto en cuestión por el Ministerio de Sanidad, al menos en lo que respecta a los estados europeos.

Admitido esto, y pese a los motivos aducidos por Sanidad, los especialistas reconocen que los beneficios de una buena inmunización serían muy importantes para la salud pública, ya que aunque solo se detectan unos 400 casos al año, la infección es letal para el 10 por ciento de los que la sufren y genera discapacidad a un 20 por ciento. Por este y otros motivos, han recomendado su incorporación en el calendario.

En caso de que el ministerio no reconsidere su postura, Teresa Hernández-Sampelayo, miembro del Comité de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, considera que lo mínimo aceptable sería que el producto esté disponible para su venta libre en farmacias, que parece ser, como confirmó Novartis, la opción elegida por la mayoría de los países europeos.