TRIBUNA DE OPINIÓN
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Carlos Amaya Pombo
Vicepresidente 1ª de la Federación Europea de Médicos (FEMS)
Todos sabemos que la sanidad se ha presupuestado de forma insuficiente muy por debajo de lo que sea gastado anualmente y siempre ha sido generadora de deuda. Este y otros temas son portada de los medios de comunicación nacionales y profesionales casi todos los días, los políticos la utilizan como elemento de confrontación, los ciudadanos y los profesionales asistimos como espectadores a esta situación y lo más grave sin poner en marcha las soluciones urgentes que nuestro Sistema Nacional de Salud necesita. No sabemos a día de hoy cual es la deuda real que tiene la sanidad: diez mil millones de euros para unos, quince mil millones para otros, pueden ser más según otros. No conocemos la realidad de las cuentas —falta transparencia— y, por lo tanto no sabemos a qué cantidad ascienden los intereses de esta deuda. A partir de ese momento es cuando sabremos cuál es la cantidad que debemos y habrá que plantearse como se financia. Hay que lograr que el Sistema Nacional de Salud tenga la financiación suficiente para evitar una nueva deuda y además mantener la calidad de la sanidad que reciben los ciudadanos.
Se han cumplido 30 años del traspaso de competencias a Cataluña, 27 años a Andalucía y pronto se cumplirán 10 años de la finalización de las transferencias a las 10 CC.AA. del antiguo Insalud. Durante todo este tiempo con una financiación insuficiente ha habido que hacer frente en varias ocasiones a la deuda generada por ese desfase entre financiación y gasto consolidado al cierre de cada ejercicio. En todos estos años se ha hablado de la necesidad imperiosa de que los presupuestos sean “finalistas”, y como siempre no ha faltado el debate, pero nunca se tomó la decisión. Ahora, con la situación económica actual todos los responsables políticos y toda la sanidad está de acuerdo, es el momento de tomar la decisión de unos presupuestos finalistas para que las CC.AA. no se gasten lo destinado a Sanidad a otras áreas y financiación suficiente para no generar de nuevo otro “agujero”.
Hasta la fecha las medidas que se han tomado han sido de recorte en el gasto farmacéutico y de productos sanitarios, así como en el gasto de personal reducir el sueldo a los médicos un 7 por ciento y un 5 por ciento a las enfermeras, también se han incluido en esta reducción salarial al resto del personal. Ambos recortes han supuesto 2.700 millones de euros, según el Ministerio de Sanidad, que representan un 5 por ciento del gasto total de nuestro sistema sanitario. No sabemos si todos millones han ido a la Sanidad.