SEH-LELHA/ El uso clínico de los nuevos anticoagulantes orales, uno de los temas del Congreso Nacional de Hipertensión

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J.Montaner Barcelona | viernes, 15 de marzo de 2013 h |

Especialista en medicina familiar y comunitaria, Vicente Pallarés preside actualmente la Sociedad Valenciana de Hipertensión y Riesgo Vascular y es coordinador nacional de la Asociación de Sociedades Autonómicas de Hipertensión y riesgo Vascular. Doctor en Medicina y Cirugía de la Universidad de Valencia, actualmente trabaja en la Unidad de Vigilancia de la Salud de la Unión de Mutuas de Castellón y estuvo recientemente en la 18º Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), celebrada en Valencia.

Como experto en hipertensión y riesgo vascular, Pallarés explica que rivaroxaban es un anticoagulante oral que actúa inhibiendo la forma activa del factor de coagulación X (Xa). Durante los últimos cinco años, diversos estudios han confirmado la eficacia de este agente en la reducción de trombosis venosas profundas y embolias pulmonares, así como en el tratamiento de la fibrilación auricular y sin la necesidad de controles periódicos que, sin embargo, sí se requieren en el tratamiento con fármacos dicumarínicos.

Debido a que no requieren la monitorización de los preparados más antiguos, se prevé también que estos agentes acaben sustituyendo a los dicumarínicos en otras indicaciones. Si anteriormente habían demostrado ser capaces de reducir complicaciones tromboembólicas de la cirugía ortopédica como las trombosis venosas o las embolias pulmonares, actualmente se investigan más efectos. Las ventajas de los nuevos anticoagulantes son su administración por vía oral (las heparinas de bajo peso molecular se administraban por inyección subcutánea) y el hecho de no necesitar tantos controles.

Pallarés explica que los nuevos anticoagulantes orales, como grupo, “ofrecen una eficacia mayor y una pauta de tratamiento más conveniente y más sencilla, sobre todo si se compara con acenocumarol, el tradicional Sintrom”. Con un nivel de evidencias más que buenos (2A), explica, “rivaroxaban permite alcanzar buenos resultados clínicos sin los controles asiduos de los antiguos anticoagulantes”. Por otro lado, también tienen menos contraindicaciones que con el resto de tratamientos “y los pacientes pueden comer de todo”.

El entrevistado dice que esto último es muy importante dado que “son pacientes todavía en edad activa, que tienen que viajar por motivos de trabajo y que antes no podían hacerlo garantizando un control adecuado”. Afirma, por tanto, que se ha conseguido un hito muy importante en el tratamiento del paciente con riesgo vascular. Preguntado sobre si un tratamiento más fácil se traduce siempre en una mejor adherencia a los tratamientos, Pallarés asegura que no es nada fácil y “no solo con los anticoagulantes, también con los antihipercolesterolémicos o los antihipertensivos”. “Cuesta hacer que los pacientes se ajusten del todo a lo que queremos; creo que la solución es una buena información y un buen entendimiento entre paciente y médico más que cualquier otra cosa”, asegura.

A la hora de definir el perfil del paciente que más podría beneficiarse del tratamiento con rivaroxaban, Pallarés señala a aquellos individuos que necesitan un control más rápido de esta patología, ya que no todos los anticoagulantes actúan tan deprisa. Explica, por ejemplo, que dabigatrán, otro nuevo anticoagulante oral, “actúa como un profármaco y requiere más tiempo de acción para convertirse en un fármaco”.

También destaca la utilidad de rivaroxaban en pacientes con fibrilación auricular, “antes y después de las maniobras clínicas de cardioversión” en pacientes con antecedentes de ictus, en aquellos casos en los que es difícil conseguir un control estable 2-3 utilizando los anticoagulantes tradicionales “y, sobre todo, en los pacientes que vivan alejados de lugares donde puedan atenderlos o que viajen mucho”.

Rivaroxabán está indicado en pacientes con fibrilación auricular por cardioversión

Estudios confirman la eficacia de rivaroxaban en la reducción de la trombosis venosa