En 2013, tanto el Grupo Español de Sueño (GES) de Separ, como el Grupo Americano de Wisconsin publicaron los dos primeros artículos sobre la apnea de sueño y cáncer. En concreto, el grupo americano contaba con una serie de 1.522 sujetos de la población general a los que siguieron durante 22 años. Al analizar las causas de muerte, observaron que los pacientes con apnea de sueño grave se morían más por cáncer que los pacientes que no la padecían.
Meses después, el neumólogo Francisco Campos-Rodríguez y miembro de Separ, publicó un trabajo sobre la asociación entre apnea y la probabilidad de desarrollar un tumor. “Observamos, en una serie de casi 5.000 pacientes seguidos durante cinco años, que quienes tenían una apnea del sueño grave tenían más riesgo de padecer un tumor”, destaca el especialista.
Hace año y medio, el neumólogo Miguel Ángel Martínez-García inició un estudio multicéntrico en el que participaron una treintena de hospitales. Fue el primer estudio a nivel mundial que analizó la asociación entre apnea y melanoma.
“Previamente, se había llevado a cabo un estudio piloto con 55 pacientes con melanoma y encontramos que a mayor gravedad de la apnea, mayor agresividad del melanoma”, recalca Campos.
“Esto propició la realización de un estudio multicéntrico con 450 pacientes con melanoma a los que se les ha hecho un estudio de sueño para analizar si tenían apnea y correlacionar estos parámetros con una serie de marcadores de la agresividad del melanoma”, agrega el facultativo. Los primeros resultados de dicho trabajo confirman la hipótesis del estudio piloto.
Poblaciones especiales
Son varios los temas sobre los que trabaja, actualmente, el GES.
De los diferentes caminos abiertos, Campos comenta que se debe prestar mayor atención a las poblaciones especiales (niños, mayores y ancianos).
Ejemplos de las investigaciones que hay en marcha son, como cuenta el experto, la que ha liderado la neumóloga Mariluz Alonso en la que colabora con el presidente de la Asociación Americana del Tórax, David Gozal, sobre apnea en niños y el estudio multicéntrico sobre el efecto del CPAP en ancianos, coordinado por Martínez. Asimismo, Campos explica que él está detrás de un proyecto multicéntrico, que cuenta con la participación de 19 centros, sobre el efecto de esta herramienta en mujeres con apnea.
Para terminar, el especialista resalta que se debe prestar atención a esta patología, que tiene tres consecuencias “fundamentales”: la manera en la que afecta a la calidad de vida (dolor de cabeza, desestructuración del sueño, dificultad de concentración, somnolencia excesiva durante el día, etc.), el riesgo de accidentes domésticos, laborales y, sobre todo, de tráfico; y el papel que juega en el desarrollo de enfermedad cardiovascular.