Un estudio de científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB), en Barcelona, liderados por Antonio Zorzano, revela una posible diana para combatir la pérdida patológica de masa muscular, que afecta principalmente a personas mayores con diagnóstico de sarcopenia y a los enfermos de cáncer, sida y otras enfermedades infecciosas que desarrollan caquexia.
En el estudio, publicado en Journal of Clinical Investigation (JCI),vinculan la actividad de la proteína DOR (Diabetis and Obesity Regulated gene) con la pérdida de masa muscular, convirtiéndola así en una diana plausible contra la que desarrollar un fármaco para prevenir este deterioro.
DOR, también denominada TP53INP2, es una proteína involucrada en autofagia, un proceso que funciona como “control de calidad” dentro de las células para que se mantengan sanas. Los investigadores han comprobado que cuando aumentan la expresión de DOR en músculo de ratones diabéticos, se incrementa la autofagia y por tanto se favorece la pérdida de masa muscular de los ratones.
La ventaja para desarrollar un inhibidor contra la proteína DOR es que la autofagia, que es necesaria para la salud celular, no quedaría totalmente inhabilitada sin esta proteína, puesto que DOR es un elemento acelerador en este proceso, pero no imprescindible.
“Si pudiésemos tratar a los pacientes de sarcopenia y caquexia, o en riesgo de padecerlas, mediante un fármaco que inhibiera DOR podríamos frenar o prevenir la pérdida de masa muscular”, declara Zorzano, jefe del laboratorio en Enfermedades Heterogénicas y Poligénicas en el IRB, centrado en el estudio de la diabetes y la obesidad.
Una cuestión muy importante de este estudio es que resuelve una incógnita: porqué los diabéticos de tipo 2 pierden menos masa muscular que los de tipo 1.
Se debe a que DOR está reprimida en las células musculares de modelos animales diabéticos de tipo 2, un estado que permite conservar la masa muscular.
“Interpretamos esta represión de DOR, que ocurre de forma natural, como un mecanismo adaptativo del músculo para preservar la masa muscular, lo que permite a los diabéticos de tipo 2 mantener una mayor fuerza muscular”, señala David Sala, primer autor del trabajo que ha iniciado recientemente una estancia postdoctoral en el Sanford-Burnham Medical Research Institute, en La Jolla, California.
Además de trabajar con ratones, los científicos han experimentado con biopsias de músculo esquelético de pacientes con diabetes y de personas resistentes a la insulina, gracias a la colaboración con grupos clínicos de la Université Lyon 1, de Francia, y de la Universidad Médica de Byalistok, de Polonia, que también firman el estudio.
El proyecto desarrollado en el IRB se ha realizado con fondos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas (Ciberdem), el Ministerio de Economía y Conocimiento, y el proyecto europeo Diomed del programa Interreg-Sudoe.