PACTO/ El acuerdo presupuestario catalán abre la puerta a nuevas vías de financiación
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PP y CiU ultiman un pacto que vincula ahorro en gastos superfluos a la sanidad
Ruiz Aboga por que los fondos económicos del sistema los aporten los ciudadanos
Redacción
Madrid
No se trata de gastar más, sino de gastar mejor. Esta frase ha sido una constante aplicada a unos presupuestos sanitarios que han ido menguando a medida que la crisis económica arreciaba en España y cobra ahora una nueva dimensión. La negociación del proyecto de cuentas públicas de Cataluña para este año abre otro debate sobre la posibilidad de destinar a la Sanidad un porcentaje de partidas consideradas “superfluas” en los presupuestos.
¿De dónde salen estas partidas? Básicamente de la racionalización y reducción del sector público empresarial. El entramado de estas empresas se une a una serie de consejos asesores, agencias reguladoras, fundaciones, mesas de negociación y entes autonómicos que han proliferado en el estado de las Autonomías y cuya tarea se solapa, muchas veces, con la de otras instituciones nacionales. Es lo que se denomina “administración paralela” o, en el argot político, “chiringuitos autonómicos”.
La propuesta en Cataluña parece avanzar por buen camino. De llevarse a cabo, el pacto entre PP y CiU supondrá una inyección de dinero en Sanidad y permitirá la aprobación de los primeros presupuestos de Artur Mas. Según los términos del acuerdo dados a conocer por el PP, el Govern se ha comprometido a reducir en un 10 por ciento su número de entidades públicas y en un 20 por ciento las aportaciones presupuestarias que reciben durante 2011. En una segunda fase las reducciones llegarán al 25 por ciento. Quedarán excluidas las entidades vinculadas a la prestación de servicios sanitarios, entre otras.
No es la única aportación a la sanidad de este acuerdo, del que el PP da buena cuenta en su web. Un añadido al mismo incluiría un pacto para reordenar los servicios sanitarios y fomentar la prescripción de genéricos.
El Govern no ha querido hacer declaraciones, aunque el conseller de Salut, Boi Ruiz, indicaba en un foro sobre sostenibilidad cuál es su propuesta para financiar la sanidad. Según EP, Ruiz dijo que “puede ser con tasas o con un incremento de impuestos, pero saldrá del bolsillo del ciudadano”.
Discurso habitual
Aunque el término “gasto superfluo” es habitual en el discurso político, lo novedoso del acuerdo catalán radica en que es la primera vez que alguien aboga por vincular esos ahorros a la sanidad.
En cualquier caso, la idea de racionalizar este tipo de conglomerados no es nueva. Hace meses, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, proponía el recorte en CC. AA. en empresas públicas y fundaciones, lo que permitiría acabar con la deuda oculta que muchos de ellos arrastran, ya que el Eurostat permite que sus resultados no se incluyan en el Protocolo de Déficit Excesivo, y eliminar duplicidades. Los presidentes de Galicia y Castilla-La Mancha, Alberto Núñez Feijoo y Mª Dolores de Cospedal, ya se afanan en ello en sus comunidades, donde la tijera ha entrado incluso en organismos hasta ahora considerados intocables.