REACCIONES

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| viernes, 24 de febrero de 2012 h |

De inconsistente, alarmista y sesgado han tachado tanto el Consejo General de Fisioterapeutas de España (Cgcfe) como la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (Sermef) el estudio realizado por la Fundación Kovacs y el Servicio Canario de Salud (SCS) entre 2004 y 2007, según el cual un 60 por ciento de los recursos que el Sistema Nacional de Salud (SNS) invierte en rehabilitación no tienen fundamento científico o son directamente inútiles (ver GM, nº 410).

Ambas entidades califican de “graves” unas conclusiones que pretenden “desprestigiar” estas técnicas y que, dada su repercusión mediática —fue presentado y avalado por el presidente del Consejo de Médicos, Juan José Rodríguez Sendín— pueden generar desconfianza en los pacientes e incluso derivar en recortes injustificados. Para el presidente de Cgcfe, José Antonio Martín Urrialde, estos datos no representan la realidad actual de la atención fisioterápica pues el hecho de que los pacientes fueran sometidos a un tratamiento estándar de 30 sesiones —al margen de su patología basal—, que el inicio del mismo se realizara 12 semanas después de su primera valoración clínica y que el diagnóstico inicial —dolor no específico de cuello, hombro o lumbar— sea tan ambiguo, “desvirtúa” el resultado.

Asimismo, los fisioterapeutas denuncian que el trabajo no hace referencia a parámetros de intensidad de aplicación —cuando está comprobado que la efectividad de las técnicas de electroterapia se relaciona con ella y no con el número de sesiones— y oculta el factor que para ellos es determinante del fracaso de algunos procesos: el tratamiento no individualizado y mediatizado por no profesionales de la Fisioterapia. “El problema real del excesivo gasto sanitario no es otro que el uso mercantil de la salud por medio de convenios y conciertos cerrados, obviando la libertad del usuario de elegir a su profesional médico o fisioterápico”, apunta Martín Urrialde.

La Sermef, por su parte, alude a los “graves defectos metodológicos y éticos” del informe que “invalidan” sus afirmaciones y destaca la generalización “sin fundamento” de los datos de las técnicas de tratamiento realizadas en centros de privados de Canarias a todo el SNS, así como el análisis “sesgado y parcial” de la bibliografía —no consideran eficaz la aplicación del láser en dolor cervical basándose en un artículo de 2003 pero no mencionan revisiones de ensayos clínicos más recientes que sí la avalan.

Tampoco ven apropiado considerar inútiles todas las técnicas terapéuticas donde se ha publicado algún ensayo clínico con resultados contradictorios o no suficientemente evaluados pues esto supondría rechazar tratamientos ampliamente aceptados como la penicilina o la prótesis de rodilla. De hecho, algunos de los colaboradores del estudio opinaron sobre el documento preliminar de 2009 que no era publicable en esos términos por “inadecuado, inexacto y sesgado” y por proporcionaban una idea “no fidedigna” de la calidad de estos servicios.

Esta sociedad también duda del inexistente conflicto de intereses pregonado por los autores cuando proponen como alternativa una técnica desarrollada y comercializada en exclusiva por uno de ellos, aunque, para su ex presidente y también ex presidente de la Federación de Asociaciones Científico Médicas (Facme), Avelino Ferrero, lo más grave es que haya contado con el respaldo del presidente del Consejo de Médicos, creando alarma entre los residentes y los pacientes. “Ha sido un golpe bajo”, afirma indignado.