br
Representantes del sector clínico y sanitario defendieron la creación de una Unidad de Heridas en cada centro hospitalario como medida para mejorar la atención de los pacientes y, al mismo tiempo, reducir costes. Estas unidades multidisciplinarias servirían, como explica Xavier Santos, presidente de la Sociedad Española de Heridas (Seher), “para ser más eficientes, para que los tratamientos se hagan mejor y, derivado de eso, se obtendría, según la opinión de los expertos, un ahorro en el gasto”.
Además, con ellas se transformaría por completo la operatividad en los centros sanitarios. Uno de los cambios más notables afectaría a la estancia media de los pacientes, que se reduciría desde un máximo de 35 días a la mitad, lo que agilizaría la rotación de camas disponibles, revirtiendo en un mejor servicio público. Estas unidades también centralizarían las visitas que los usuarios realizan a especialistas, un aspecto descuidado en la mayoría de los hospitales.
Son modelos que ya existen en algunos hospitales, como por ejemplo en el de Lugo, y que presentó su experiencia durante el Congreso Nacional de Heridas y Cicatrización. “Es una unidad multidisciplinar donde hay un trabajo de equipo entre enfermeros, cirujanos (plásticos, generales, vasculares), podólogos, dermatólogos… Hay también una experiencia muy buena en un hospital de Madrid, y la idea es que se haga un trabajo en equipo, no puede ser solo de un profesional o de un tipo de profesional”, señala Santos.
Otro tema abordado fue la posibilidad —apuntada por algunas comunidades— de ir hacia un equivalente del modelo de genéricos en los materiales de cura como fórmula para contribuir a reducir el gasto sanitario. Es lo que se han llamado ‘grupos homogéneos’, según el cual se estaría considerando la búsqueda de apósitos genéricos con características similar a los de marca.
“Lo que parece que es consenso por parte de las partes implicadas en el tratamiento de las heridas (profesionales, industria y farmacéuticos) es que es prácticamente imposible o muy difícil, trasladar el modelo de genéricos al mundo de los apósitos porque en un genérico el principio activo es el mismo y la formulación farmacéutica exactamente igual, mientras que en apósitos, hay tal variedad y tan distintos que es muy difícil encontrar dos de marca que tengan las mismas características. Es muy difícil y por eso creemos que no sería recomendable y es prácticamente imposible”, asegura Santos.
Estudio Vulnus
A la espera de determinar si este modelo sale adelante o no, el deseo de mejorar en el estudio de las heridas quedó patente con el Proyecto Vulnus, presentado por la Seher, y que pretende realizar un estudio epidemiológico sobre la realidad de las heridas en España. “No se sabe cuántas se producen o cuál es su incidencia o prevalencia de un tipo de herida frente a otra, y pensamos que si no sabemos dónde estamos difícilmente vamos a poder hacer unos diseños de estrategia sanitaria o de recomendaciones generales”, explica Santos.
Entre las variables a estudiar estará la distribución geográfica de los tipos principales de heridas (agudas, quirúrgicas, úlceras por presión, de origen vascular, en el pie diabético, quemaduras o de otros tipos), quién trata cada una de ellas, de qué forma y con qué criterios se hace, si es en unidades multidisciplinares o por los profesionales correspondientes.
La intención es realizarlo de forma anual —un año en primaria, y otro en centros de ingreso, tanto hospitales como residencias— y esperan tener los primeros resultados (con los datos de AP) para el congreso del año que viene.
El tratamiento de heridas complejas consume en torno al 5% del gasto sanitario español, que asciende a 90.000 millones de euros al año, incluidos los centros privados. Esto supone cifrar en unos 4.500 millones de euros los recursos económicos destinados a tratar estas lesiones.
La creación de Unidades de Heridas en los hospitales supondría un ahorro de entre el 10% y el 25% del coste total en heridas complicadas.
El coste del tratamiento de un paciente con lesiones crónicas asciende a 500 euros diarios (que se duplica en el caso de los ingresos en la UCI). La aplicación de esta medida ahorraría 125 euros al día en su cuidado.