GASTROENTEROLOGÍA/ 22º Congreso de la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH)

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Aquellos casos en los que haya respuesta del tumor tras la aplicación de tratamientos locorregionales, lo que indicaría un buen comportamiento biológico del hepatocarcinoma y su agresividad, podrían incluirse en las listas de espera de trasplante de hígado
| 2010-10-01T17:15:00+02:00 h |

E.S.C.

Madrid

La posición líder de España en cuanto a trasplantes se refiere no es excusa para que se siga trabajando por mejorar los resultados obtenidos hasta el momento. Buena prueba de ello ha sido el congreso de la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH), en el que se debatió sobre la forma de mejorar las listas de espera así como la técnica y al abordaje de este problema.

María Pleguezuelo, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Reina Sofía de Córdoba, en su conferencia “Tratamiento en lista de espera y downstaging”, apuntaba que los actuales criterios de selección de pacientes con hepatocarcinoma que pueden trasplantarse son “muy estrictos” y que “probablemente se pueden ampliar”.

Para ello propone aplicar tratamientos locorregionales “y si hay una respuesta a estos tratamientos quiere decir que el tumor tiene buen comportamiento biológico, menos agresividad biológica y por tanto, aunque actualmente exceda los criterios establecidos, podría incluirse porque entendemos que su comportamiento biológico es bueno y va a tener una buena respuesta”. Además, continuó, “sería muy importante descubrir nuevos marcadores de biología molecular para saber cuáles son los tumores que tienen mejor comportamiento y aunque por número o tamaño excedan los criterios actuales, si esos biomarcadores nos indican que el tumor es de buen comportamiento biológico se podrían incluir en lista de espera”.

Por su parte Paloma Jara, jefe del Servicio de Hepatología Infantil y Trasplante Hepático Pediátrico del Hospital de La Paz, y vicepresidenta de la SETH, destacó la falta de adherencia al tratamiento en la adolescencia. El 30 por ciento de los pacientes que recibió de niños un trasplante de hígado abandonan la medicación inmunosupresora entre los 14 y los 15 años, sufriendo rechazos crónicos que llevan a un retrasplante e incluso pueden causarles la muerte, según Jara.

Una de las causas es porque se encuentra bien, “y por ello mueren entre el 7 y el 8 por ciento de estos pacientes”. Otra son las enfermedades tumorales generadas por infecciones, un problema que provoca “entre el 8 y el 9 por ciento” de las defunciones, según esta experta, que destaca la importancia de realizar un seguimiento del paciente de por vida.

Pese a ello señala que los avances en inmunosupresión, cirugía y fármacos para controlar las infecciones han hecho que los trasplantados menores de dos años tengan “una esperanza de vida similar a la de los más mayores de 10 años en el 92 por ciento de los casos”. No obstante, sigue siendo una intervención compleja que en España cuenta con pocos donantes, unos 2,4 por millón de habitantes. En España se realizan unos 70 trasplantes hepáticos a niños cada año, de los que el 50 por ciento se realizan en La Paz, centro de referencia para esta intervención.