José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 15 de julio de 2016 h |

El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha realizado el primer trasplante de piel autóloga que ha sido elaborada en España bajo los estándares europeos de fabricación de medicamentos (GMP, por las siglas en inglés de Good Manufacturing Practices). La intervención se realizó el pasado 1 de junio en una paciente que había sufrido quemaduras profundas en el 70 por ciento de su cuerpo, concretamente en piernas, brazos, abdomen y cuello. La Junta de Andalucía asegura que hay “un antecedente de fabricación de piel humana autóloga en España bajo estándares GMP para muy pequeñas extensiones (inferiores a 50cm2), pero el proyecto piloto se abandonó en 2009”.

Ya en el año 2002, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias (Ccsta) y el Hospital de Getafe realizaron el primer trasplante de piel artificial en grandes quemados. La intervención realizada ahora en Andalucía presenta tres innovaciones en nuestro país. Como señala Salvador Arias, de la Unidad de Producción Celular e Ingeniería Tisular del Complejo Hospitalario de Granada, es la primera vez que se elabora piel “en una sala blanca, es decir, siguiendo criterios GMP”. Estos criterios son los mismos a los que obliga la EMA (Agencia Europea del Medicamento), para la fabricación de fármacos. Por tanto, señala Arias, se han seguido “controles exhaustivos de presión, temperatura y esterilidad, para asegurar la ausencia de virus o microplasmas”.

Otro de los aspectos novedosos es la utilización de agarosa, una sustancia química que se extrae de un alga marina. Como explica Arias, cuyo equipo se ha encargado de la fabricación de la piel, en primer lugar recibieron dos muestras de tejido de sano de la paciente. En concreto, dos muestras de 4 centímetros cuadrados cada una. “A partir se esa biopsia —señala Arias—, se empezaron a cultivar las dos células más importantes de la piel, que son los queratinocitos, de la epidermis, y los fibroblastos, de la dermis”. Un mes después se elaboraron 41 láminas de 144 centímetros cuadrados basadas en una matriz de fibrina (proteína que actúa como una especie de pegamento o hilo entre las plaquetas que se exponen en alguna herida) y agarosa. “La agarosa permite que la lámina tenga una mayor estabilidad, y que, por tanto, se pueda manejar mucho mejor en el quirófano, lo que facilita, por ejemplo, la suturación”, indica Arias. En esta lámina, los fibroblastos se colocaron en el interior y los queratinocitos en la superficie, del mismo modo que en la dermis y la epidermis.

El tercer aspecto novedoso, añade este experto, es que esta matriz se ha sometido a un proceso de nanoestructuración, “una especie de compresión que favorece que se entrecrucen los enlaces de la fibrina, lo que otorga más resistencia al tejido”.

Estado de la paciente

Como explica Purificación Gacto, cirujana plástica en el Virgen del Rocío, “la evolución de la paciente ha sido muy buena, ya que no ha sufrido ninguna complicación, ni colonizaciones ni infecciones”. En cuanto a su posible evolución, Gacto indica que no se espera que presente “limitaciones funcionales”. Actualmente, la paciente “deambula, come y puede manejar manos y pies”. En todo caso, “tendrá limitaciones a la hora de mostrar determinadas partes de su cuerpo, ya que generará piel nueva cicatricial, que tendrá un aspecto y un color diferente a la piel implantada”. Pero, en lo que se refiere al tacto o la sensaciones nerviosas, “todo eso se regenerará, ya que a partir de los seis meses o el año se recuperan las sensaciones nerviosas”.

El éxito de la intervención se debe, según esta experta, a la gran calidad de la piel que se ha implantado. “La piel que se empleaba hasta ahora tardaba mucho más tiempo en reepitelizar, era más delicada, tendía a las infecciones, era fácil que se colonizara y se perdiera —comenta—. En cambio, esta piel es más gruesa, más resistente, la tasa de reepitelización es más elevada, por lo que la paciente genera piel propia más rápidamente. Enseguida aparecen islotes de piel. Y como es más resistente a la fricción, se corren menos riesgos, ya que hay que tener en cuenta que es necesario mover a estos pacientes y realizar curas con frecuencia”.

Todo el proceso ha sido coordinado por la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas, y ha contado con la participación de los equipos del Departamento de Histología de la Universidad de Granada, la Unidad de Producción Celular e Ingeniería Tisular del Complejo Hospitalario de Granada y la Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Plástica y Grandes Quemados del Hospital Virgen del Rocío.

Salvador Arias destaca que esta intervención ha sido posible gracias a que el Departamento de Histología de la Universidad de Granada empezó a investigar con este tipo de piel en el año 2006. Tras los buenos resultados obtenidos en modelos animales en 2012, publicados en la revista Cell Tissue Organs, se empezó a adaptar el laboratorio a los estándares europeos de fabricación de medicamentos (GMP).

Según informa la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, actualmente se está fabricando piel con el fin de realizar en un futuro un trasplante a un segundo paciente con más del 70 por ciento de superficie corporal quemada, intervención para la que ya se cuenta con la autorización de la Agencia Española del Medicamento como uso compasivo.

Durante la rueda de prensa en la que se expusieron los resultados de la intervención, Aquilino Alonso, consejero de Salud de Andalucía, avanzó que centros andaluces trabajan en la fabricación de sustitutos cutáneos alogénicos. Emplear un sustituto en las primeras horas tras sufrir quemaduras de gravedad es vital para que el paciente no fallezca por pérdida de líquidos o infecciones. Es una solución temporal mientras se implanta la piel definitiva. Este sustituto ya se ha utilizado, con la autorización de la AEMPS como uso compasivo, en el segundo paciente que se beneficiará de un trasplante de piel artificial autóloga y además se utilizará en un paciente con más del 40 por ciento de superficie corporal quemada.