gm Madrid | viernes, 13 de marzo de 2015 h |

Cerca de un tercio de los pacientes con fibrilación auricular no valvular (FANV), la arritmia cardiaca más común, tiene además una enfermedad renal crónica (ERC). La estrecha relación entre la ERC y las enfermedades cardiovasculares se evidencia porque la FANV es casi tres veces más frecuente en pacientes con ERC estadio III que en los pacientes de la misma edad y sexo pero sin ERC. Además, la prevalencia de insuficiencia renal (IR) es entre 10 y 20 veces mayor en pacientes con FANV que en la población en general.

Por eso, se acaba de presentar el proyecto Nefrictus, el primer protocolo de manejo de dabigatrán etexilato, comercializado como Pradaxa por Boehringuer Ingelheim, en pacientes con FANV y enfermedad crónica leve o moderada. La iniciativa, impulsada por esta compañía farmacéutica, está avalada tanto por la Sociedad Española de Medicina Interna como por la Sociedad Española de Nefrología.

Entre los aspectos que se señalan en este protocolo, destaca el hecho de que con este nuevo anticoagulante oral (NACO) no es necesario modificar la dosis, que puede ser de hasta 30mL/min, a pacientes con insuficiencia renal moderada. Como ha señalado Ángel LM de Francisco, del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, “el uso de estos anticoagulantes orales de acción directa es beneficioso en pacientes anticoagulados en situación de mal control e IR moderada porque ayudan a ajustar mejor la anticoagulación“.

Por su parte, Luis Manzano, Jefe de Sección de Medicina Interna y responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Riesgo Vascular del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha comentado que “el balance neto de seguridad y eficacia es mejor con anticoagulantes orales de acción directa”. Además, este experto también señala que ya no deberíamos hablar de nuevos anticoagulante orales, sino de “una realidad que puede ayudar a controlar mejor a los pacientes con IR moderada“.