Gaceta Médica Madrid | viernes, 25 de julio de 2014 h |

La presidenta de la Comisión Nacional de Medicina de Familia, Verónica Casado, asegura que la actual especialización vía MIR ha aportado innegables ventajas no sólo formativas sino sobre el propio sistema sanitario. Pero la atomización de la asistencia, la desconexión entre profesionales y la segmentación del mercado ha provocado en estos 30 años un intenso debate sobre cómo hallar un equilibrio entre la necesidad de integrar la mayoría de los aspectos de la práctica médica prevalente en el núcleo duro de la formación de todos los especialistas con la necesaria super-especialización.

Para Casado, el sistema formativo cuenta con posibilidades de mejora y debe atender a la necesidad de mejora continua en la calidad asistencial y en la seguridad de los pacientes, debe atender a los avances científicos y tecnológicos y, a los cambios demográficos y sociales. Debe también adaptarse a la necesidad de orientar los sistemas hacia la eficiencia y la efectividad, a las nuevas fórmulas organizativas y de gestión centrados en las personas, considerando e incorporando los avances en metodologías educativas y evaluativas. “Es evidente que nuestro sistema formativo respondía al modelo epidemiológico imperante hace 30 años pero ahora la cronicidad, la pluripatología, las pluri-intervenciones, la polimedicación y la dependencia forman parte importante de nuestro cotidiano. Y ahora es cada vez más evidente que la complejidad no se encuentra solo en las subespecialidades y la alta tecnología sino que también se halla básicamente en las personas y su elevada complejidad”. En este sentido, toda esta situación está motivando la incorporación de cambios en los sistemas de formación sanitaria en ciencias de la salud y así, distintos países del entorno europeo están inmersos en reformas más o menos profundas de sus sistemas formativos, tanto en la formación de grado como en la formación especializada.

La reforma de la formación sanitaria especializada a través de la troncalidad pretende dotar al futuro especialista de una base competencial más amplia que le permita una mayor versatilidad y pluralidad en su formación nuclear. “Creo que la troncalidad es un gran proyecto, porque configura un conjunto de actividades formativas de alto impacto e interés, porque diseña un nivel formativo acorde a nuestro entorno, ya que es una estrategia para mejorar la coordinación formativa, para flexibilizar el sistema, diversificar la formación y favorecer el aprendizaje y porque es una filosofía vinculada a una formación más orientada al paciente que a la enfermedad”.

En este sentido, aunque Casado siempre ha defendido el proyecto y considera que una oportunidad clara de mejora, también admite preocupación por preocupa su implementación y desarrollo. Es un proyecto con una gran envergadura que debe tener y va a tener un coste importante, si se hace bien. “Creo que la clave ahora es el desarrollo del marco legal cuando se apruebe, porque lo que falta por desarrollar es realmente trascendente”. Queda por elaborar los programas formativos de tronco, rehacer los programas de la parte específica de cada especialidad, con ajustes de sus tiempos si esto fuera preciso, y los programas de las ACEs. Los programas troncales han de ser elaborados por las Comisiones Troncales delegadas. La definición de las competencias transversales y los entornos formativos van a ser trascendentes. Y se debe tener muy claro qué es formación especializada troncal y qué no es formación especializada troncal. Por otra parte, es clave la incorporación de las metodologías formativas y evaluativas. Se deben también fijar los entornos docentes, los itinerarios formativos y el perfil del tutor troncal. También nos preocupa la estructura docente que debe estar adecuadamente dimensionada. A su juicio, hay que cuidar a los tutores, hay que prestigiarles, reconocerles, asegurar su apoyo, su carrera profesional y su tiempo.

En cuanto a las voces en contra, la presidenta de la comisión de primaria precisa que “no es un proyecto fácil igual que no lo fue la implantación del MIR en su momento que contó con muchos detractores y ahora lo que da vértigo es haber conseguido un sistema bueno y consolidado y que pueda estropearse si no se hace bien”.La división de los troncos desde el inicio del debate ha sido fuente de conflicto por varias razones. Por una parte hay diferentes maneras de agrupar y todas tienen ventajas e inconvenientes, fortalezas y debilidades. Y se optó por el modelo más apoyado. “Pero lo que es importante es que sea un sistema dinámico sujeto a evaluación y correcciones y mejoras a medida que se vaya desarrolland”.