salud pública/ Expertos abordan los retos y oportunidades de la nueva normativa

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josé garcía Madrid | viernes, 10 de febrero de 2012 h |

Cuando se habla en términos de salud, la responsabilidad del individuo y la prevención primaria y secundaria son elementos clave a los que la Administración debería dedicar más recursos y considerar no un gasto a corto plazo sino una inversión de futuro. Así lo pusieron de manifiesto expertos y juristas durante una jornada que ha analizado los retos y oportunidades de la nueva Ley de Salud Pública, organizada por la Fundación Salud 2000.

Durante la inauguración, José Soto, gerente del Hospital Clínico San Carlos y patrono de la Fundación Salud 2000, se refirió a la normativa como una ley que avala cambiar el concepto de sanidad por el de salud. “Se han planteado objetivos consensuados con los profesionales en ese sentido”, dijo e insistió en mejorar la salud de la sociedad y hacerlo con los mínimos recursos posibles. Por ello, Soto echó en falta en la ley una mención a la eficiencia en la mejora de la salud.

En estos términos, para Laura González-Molero, presidente y consejera delegada de Merck España, la corresponsabilidad y el trabajo en equipo son claves de éxito, así como que el ciudadano sea una pieza fundamental para conseguir una sociedad mejor, que a su juicio “sólo puede serlo si es sana y saludable”.

En la misma línea, Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz, reclamó que, al hablar de salud, junto con los derechos se mencionen los deberes y las responsabilidades de los ciudadanos “en relación a apreciar lo que tiene y poder comparar”. “Ahora podemos comparar y por tanto tener responsabilidad solidaria, y una de las responsabilidades básicas es extender los beneficios del conocimiento”, dijo. “Hay que aportar conocimiento —continuó— que es lo que marca el progreso en todos los aspectos de la actividad humana, en especial en relación con la salud”. En su opinión, el conocimiento permite “ir más allá de lo que hoy es imposible y transformarlo en posible mañana”, y ese conocimiento se logra a través del “desvelamiento” de la sociedad. Y esa acumulación de conocimiento ha posibilitado, según sus palabras, el desarrollo de la medicina, aplicarlo para mejorar el diagnóstico y el tratamiento. Ahora bien, —aseveró— “lo que no puede ser es que esto sea privilegio de solo el 20 por ciento de la población, y que el otro 80 por ciento viva de las migajas”. Por tanto, para Mayor Zaragoza, una vez que hemos logrado avanzar en salud, el gran reto es la salud global, “es el momento de extender el conocimiento”.

Experiencias concretas

La jornada también reflexionó sobre experiencias concretas en salud pública. Andrés Iñiguez, del servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, se refirió a los recursos prácticamente inexistentes que se dedican a la prevención cardiovascular, que según apuntó “está siendo poco considerada”. Así, reclamó a la Administración medidas que, a su juicio, no comportan un gasto sanitario, como concienciar a la población de la importancia de dejar de fumar, ejercicio moderado, dieta sana e hipocalórica y control de la hipertensión arterial. “Si todo esto fuese obligatorio, se prevendría un 40 por ciento de las enfermedades que estamos viendo”, aseguró y esgrimió como razones para tener una “actitud activa” en prevención cardiovascular que estas patologías son la primera causa de mortalidad, invalidez e incremento de costes sanitarios, son silentes y debutan con un infarto o muerte súbita con consecuencias irreversibles, y están relacionadas con factores y estilos de vida modificables. El objetivo, por tanto, debe ser evitar las manifestaciones de la enfermedad, que no está controlada por los profesionales, y los factores, como hipertensión, tabaquismo, dislipemias, sedentarismo y obesidad.

En patología oncológica, Juan Jesús Cruz, del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Salamanca, puso el acento para incluir en la nueva ley de salud pública en la prevención primaria y también en la prevención secundaria en cáncer de colon, que, según dijo, “aunque implique gastos, es una inversión de futuro”. En este sentido, apuntó que Europa recomienda cribados de cáncer de cervix, mama y colon. Así, señaló que la mayoría de tumores están provocados por factores exógenos, lo que ha hecho que las estrategias de salud incidan en los factores de riesgo. Cruz aseguró que de haberse cumplido el decálogo contra el cáncer que se hizo en Europa en 1988 con medidas relacionadas la mayoría con estilos de vida habría disminuido la mortalidad del cáncer un 60 por ciento entre 1988 a 2012. Por ello, también destacó la necesidad de informar y responsabilizar al ciudadano.

Finalmente, Magdalena Ugarte, del centro de diagnóstico de enfermedades moleculares de la Universidad Autónoma de Madrid, reclamó que el proceso de cribado neonatal sea una realidad en toda España, mientras que Luz Cuadrado, del servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos, añadió que, en patología neurológico, es también es básico potenciar un nivel educativo y que los mayores tengan una actividad intelectual y social rica para aumentar su reserva funcional.