| viernes, 03 de mayo de 2013 h |

Las presiones que denuncia Sonia López Arribas, presidenta del Colegio de Médicos de Madrid son las de sus votantes, que ven con asombro cómo se niega a aprobar lo que prometió: eliminar interesas de empresas. Lejos de eliminarlos, quiere estimular los contratos cuando sean “ventajosos”, según su criterio. Es cierto que hay un descontento claro en la Asamblea de compromisarios, pero esa reprobación hacia las propuestas de su presidenta tuvo lugar en el momento en que quiso desdecirse de su promesa electoral, con una modificación torticera. Quizás por esa razón un buen número de médicos está ahora enviando cartas de protesta contra lo que consideran es una simple y pura estafa electoral. Le retiran su apoyo y llaman a volver a los principios de la candidatura: no recomendar empresas por la institución. De hecho, ¿desde cuándo un Colegio se dedica a alterar el libre mercado decidiendo y recomendando empresas privadas? Un Colegio debe dedicarse a otras cosas y dejar que cada médico decida de manera libre. Sorprende que alguien se haga la víctima de coacciones y presiones, y que sea incapaz de nombrar un acto de coacción y reproche, que no sea el reproche de sus propios votantes. ¿Quién la presiona? Que diga lugar y fecha, y que explique esas “amenazas”. Yo creo que López Arribas es esclava de sus actos, algunos de los cuales no puede hacer públicos. Y mientras tanto, juega y manipula para hacer creer que es una víctima de la libertad y la determinación. De alguien que ha engañado a su Junta con la pantomima de un espía para protegerla se puede esperar cualquier cosa. En todo caso, si alguien le está dando la espalda es su Junta, sus compromisarios y los médicos de Madrid que se han manifestado en contra de su modificación de estatutos que persigue eso de “cambiar todo” (su propuesta descafeinada) para que “todo siga igual… o peor”. Este empecinamiento, como el de mantener a su director Mora a toda costa, con el salario que sea, no puede López Arribas atribuirlo a su “espíritu militar”. Los militares son honestos y se abanderan con la verdad. Decía Lope de Vega: “Nadie puede apartarse de la verdad sin dañarse a sí mismo”. Sus contradicciones, engaños y manipulaciones son ya muy evidentes. Si, como afirma López Arribas, los ataques externos han logrado dividir a la directiva y minarla…¿no será que algo se ha hecho mal? Si alguna virtud le queda a López Arribas es la de dar paso a una junta honesta con sus votantes y que no cuente historias de amenazas y espías.

Santiago de Quiroga

Presidente Editor de Grupo Contenidos