OBSERVATORIO/ Las políticas regionales se dividen entre la PPA y los genéricos
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Regiones con un bajo porcentaje de recetas con PPA logran mejores resultados
Las comunidades con menor consumo de genéricos aumentan más su factura
Esther Martín del Campo
Madrid
La prescripción por principio activo (PPA) que desde hace casi diez años es la base de la política de contención del gasto farmacéutico de comunidades autónomas como Andalucía no garantiza la reducción del gasto farmacéutico. Es la principal conclusión del último boletín del Observatorio del Medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), que ha realizado un análisis del efecto sobre el gasto de las políticas de prescripción de las comunidades autónomas.
“No es una medida estructural que haya demostrado su eficacia.”, asegura a GM Isabel Vallejo, vicepresidenta de FEFE. El ejemplo más representativo es el de esta comunidad, donde el 80 por ciento de las recetas siguen esta fórmula. Aunque en un principio sí se registró un descenso importante del gasto farmacéutico, la posición actual de esta región no es especialmente ventajosa. De hecho, Vallejo asegura que el precio medio por receta en Andalucía supera al de otras comunidades, “lo que implica que muchas de las PPA son medicamentos más caros, a pesar de que la política andaluza conlleva también la dispensación del fármaco más barato”.
Una de las explicaciones de Vallejo es que cuando hay receta por principio activo no siempre se dispensa un genérico, aunque es lo normal si los medicamentos que lo incluyen se integran dentro del sistema de precios de referencia, advierte.
Según el estudio de FEFE, la mitad de las comunidades se encuentran de alguna forma condicionadas por la prescripción por principio activo, mientras que la otra mitad aboga por una política de prescripción de genéricos. De este modo, la media nacional de recetas por principio activo ronda el 20,48 por ciento, apenas dos décimas menos (20,50) que el porcentaje de recetas que prescriben genéricos. Cifras similares ya que el observatorio recalca que la PPA condiciona un mayor uso de genéricos.
El documento refleja que regiones como la Comunidad Valenciana, Murcia, Navarra, País Vasco o Asturias, con una baja proporción de recetas PPA, obtienen mejores resultados que Andalucía. Aunque también una comunidad con un porcentaje de PPA relativamente alto como Navarra, con un 30 por ciento del total, obtiene mejor resultado que otra similar, como Castilla y León.
Lo que sí constata el estudio es que Extremadura, Galicia, Canarias y La Rioja, por debajo de la media nacional en el consumo de genéricos, tienen los mayores porcentajes de incremento de gasto de los últimos 12 meses.
Para el observatorio, la contención del gasto parece ser más dependiente de otro tipo de medidas, como el incentivo a los médicos o los sistemas que mejoran el control sobre la prescripción que no se basan exclusivamente en la elección de los medicamentos más baratos. Aunque este tipo de incentivos —destaca Vallejo— no han podido ser analizados con exactitud, puesto que no todas las políticas son públicas. “Las circulares internas que se envían a los facultativos no siempre se conocen”, subraya.
Análisis del ministerio
A la vista de estas conclusiones provisionales, Isabel Vallejo emplaza al Ministerio de Sanidad a analizar estos datos, de los que dispone, antes de adoptar medidas urgentes: “Sería bueno que los expertos los analizaran y observaran realmente qué medidas producen ahorro o exceso de gasto para impulsar las que nos hagan alcanzar los objetivos que perseguimos cuando se está hablando de un pacto por la Sanidad. Sería un ejercicio de responsabilidad política importante”.
En su opinión, se ha demostrado que ni la PPA ni la apuesta por el fármaco más barato produce los efectos de ahorro esperados, pero sí crean un estado de incertidumbre en el ciudadano, cuyo tratamiento cambia continuamente. En su lugar, Vallejo considera más productiva “una política estable de concienciación a largo plazo para que el facultativo recete genéricos”, combinada con campañas de concienciación dirigidas a los ciudadanos, que “deben saber que es preciso ahorrar para disfrutar de otros servicios con un coste elevado”. Es el momento de “actuar sobre la demanda y de decir que vamos a utilizar los medicamentos que más se necesiten”, concluye.