Lucía Barrera, Directora de
Gaceta Médica
| viernes, 20 de mayo de 2016 h |

Uno de los temas más candentes de los últimos tiempos en materia farmacéutica y que constituirá un reto para el Gobierno que venga —sea cual fuere— es sin duda la necesidad de determinar el valor real de los nuevos fármacos y asociarlo a su precio. En esta línea hemos conocido una propuesta que ultiman los socialistas europeos para establecer un marco regulatorio que contempla que los nuevos medicamentos vengan acompañados de una memoria económica, con el objetivo de conocer los costes para poder negociar y abaratar así los precios, y que las evaluaciones sean independientes. A cambio, ofrecen rebajar las exigencias burocráticas y simplificar los ensayos clínicos.

En este contexto cada vez está más claro que son necesarios datos que sustenten el valor de las innovaciones. En este sentido, los llamados real world data son claves, teniendo en cuenta además que las administraciones podrían generarlos a un coste relativamente bajo. Queda mucho por hacer en el Sistema Nacional de Salud al respecto, partiendo de la base de que hay una cantidad ingente de datos diseminados en diferentes plataformas informáticas que varían según comunidades, centros y hasta servicios, planificadas sin orden ni concierto a lo largo del tiempo y de los gestores sanitarios.

Superado este escollo, lo relevante radica en la interpretación de toda esta información. Los especialistas advierten de que los registros de resultados de fármacos pueden ser un arma de doble filo si se ponen en manos de perfiles que ignoran la clínica y se basan sólo en el coste. Aquí sin duda los profesionales sanitarios tienen mucho que decir, empezando porque son los encargados de cumplimentar esas bases de datos, como un plus de su jornada. También la industria debe poner de su parte, adelantándose a las necesidades y planteando negociaciones con las administraciones sanitarias. Fórmulas como los acuerdos de riesgo compartido no tendrán éxito si no se establecen unos sistemas de análisis y monitorización basados en sistemas de información que permitan evaluar y sean compatibles.