TECNOLOGÍA/ El uso de los sistemas automatizados de dispensación de fármacos también genera errores que deben ser detectados y subsanados

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Es adecuado que todos estos sistemas estén conectados a la prescripción electrónica para asegurar que un farmacéutico revisa el proceso

Los programas de calidad y gestión de riesgos de los hospitales deben incluirlos estableciendo planes de mantenimiento y contingencia

| 2011-06-24T16:26:00+02:00 h |

MÓNICA RASPAL

Madrid

Es indudable que los sistemas automatizados de almacenamiento y dispensación de fármacos (SAD), de creciente implantación en los hospitales españoles, aportan importantes beneficios para profesionales y pacientes, mejorando la gestión y evitando errores en la medicación.

Sin embargo, estos SAD no pueden por sí solos mejorar la seguridad y, de hecho, se han descrito numerosos fallos asociados a su utilización, tal y como expuso María José Otero, del Servicio de Farmacia del Hospital Universitaria de Salamanca y miembro del Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP), durante unas jornadas del Grupo Tecno de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) en las que se presentó un manual en el que se fijan 14 procedimientos esenciales para la seguridad de estos sistemas (ver tabla).

Según una encuesta realizada por esta sociedad, un 27,9 por ciento de los hospitales disponían de algún SAD como botiquín de planta en 2010, mientras que un 15,4 los utilizaba ligados a la prescripción médica validada por un farmacéutico. Estos armarios informatizados, interconectados con el servicio de farmacia y el programa de prescripción médica electrónica, están funcionando porque aportan seguridad, son fáciles de usar y de mantener, cuentan con tecnología fiable y, como valor añadido, permiten la explotación de datos e información, pero también deben someterse a un Análisis Modal de Fallos, Efectos y Criticidad (Amfec) para identificar y prevenir los fallos y sus causas y establecer acciones para eliminarlos, como destacó Isabel Durango Limárquez, jefa de Enfermería del Hospital Gregorio Marañon.

Localizados estos puntos críticos, el documento del ISMP recoge una serie de prácticas que, pese a no tratarse de estándares mínimos de seguridad, pretenden promoverla llamando la atención, por ejemplo, sobre la ubicación de los SAD como un elemento que puede condicionar que se produzcan errores. En este sentido, recomiendan que se encuentren en zonas donde las distracciones sean mínimas —una cabina estéril—, cerca del área de trabajo de enfermería y de los frigoríficos para medicamentos, con un espacio suficiente para la apertura de puertas y cajones sin obstáculos y procurando la ventilación y temperatura adecuadas.

Para garantizar un control adecuado de los fármacos, abogan por establecer un procedimiento explícito de asignación de nuevos usuarios y contraseñas —que éstas sean temporales y que no se puedan compartir o reutilizar—, mantener un registro de los medicamentos que se desechan o destruyen y realizar controles aleatorios para verificar que los retirados se corresponden con los administrados. Por otra parte, consideran adecuado que todos los sistemas estén conectados a la prescripción electrónica para asegurar que un farmacéutico revisa el proceso antes de que se retire la medicación.

Información en pantalla

La disponibilidad de información suficiente sobre los pacientes y los medicamentos —nombre, horas y fechas de las dosis, instrucciones de preparación, alertas, etc.—en la pantalla de los SAD también es fundamental para la seguridad de la administración, así como el contenido según el tipo de pacientes atendidos en cada unidad asistencial, que debe actualizarse periódicamente. El manual recomienda además que cada fármaco tenga una posición única y diferenciada, almacenándolo en un compartimento individual con tapadera —que se abra solamente cuando éste sea seleccionado—, limitando el uso de cajones con compartimentos abiertos e incluso evitando éstos para medicamentos de alto riesgo.

En el proceso de reposición apuesta por diseñar un procedimiento con “redundancias” para que siempre se coloque el fármaco correcto en la posición correcta y para la retirada ven adecuado, por ejemplo, hacerlo después de la validación y no de forma simultánea a más de un paciente. A la hora de llevar los fármacos a la habitación de los enfermos, aconseja mantenerlos en sus envases de dosis unitarias, llevar sólo la medicación de un paciente y para una hora —o utilizar estaciones móviles con compartimentos individuales— y tener disponibles las hojas de registro a pie de cama.

Por otra parte, el documento resalta la necesidad de que todos los usuarios de los SAD reciban formación sobre su uso y que se evalúe su competencia de forma periódica, incluyendo estos sistemas en los programas de calidad y gestión de riesgos del centro y estableciendo planes de mantenimiento y contingencia para garantizar su funcionamiento.