| viernes, 27 de noviembre de 2015 h |

El consenso sanitario es difícil a fecha de hoy, pero a largo plazo los dos grandes partidos confían en las posibilidades de un acuerdo, similar al de Toledo para las pensiones, que dé más estabilidad al sector y a la toma de decisiones para garantizar la sostenibilidad del sistema. Así lo manifestaron José Ignacio Echániz, candidato del PP al Congreso de los Diputados, y José Martínez Olmos, candidato socialista al Senado, durante la Jornada ‘Retos del SNS para los próximos 20 años’, organizada por Fundamed y Gilead en el marco de la presentación del informe ‘Análisis de la Inversión Pública para Sanidad en España’.

Para Martínez Olmos, un pacto así es posible precisamente porque ya existe un precedente con las pensiones. Según Echániz, “el pacto es posible y necesario”, preferiblemente con las características del Pacto de Toledo (un marco vivo, sometido a revisiones y renovaciones periódicas) pero, en su defecto, al menos uno “de mínimos”. La única vía de encuentro entre PP y PSOE aleja las posibilidades de una próxima legislatura de consenso, movida ya no tanto por el 16/2012, sino por algunas de las propuestas electorales de cara al 20-D: en materia de financiación el PP cree que el futuro del SNS pasa por una “financiación adecuada” que solo puede venir “del crecimiento del empleo”, no de un aumento de los créditos presupuestarios; en materia de cohesión, Echániz no se postuló a favor ni de un suelo mínimo sanitario en las comunidades ni de una reforma constitucional como la que plantea el PSOE para que el derecho a la salud forme parte de los derechos fundamentales.

Hacia una nueva gobernanza

Lo cierto es que la conciencia de que al SNS le falta articulación es cada vez más amplia. Así lo creen el consejero de Salud de Cataluña en funciones, Boi Ruiz, y Rafael Bengoa, director del Deusto Business School Health. Ambos incidieron en este punto durante la mesa redonda enfocada a las necesidades asistenciales futuras del SNS. Según Bengoa, es necesario volver a someter a un acuerdo “las metas del sistema”. El momento, en su opinión, debería ser una prioridad a resolver después de las elecciones generales.

Boi Ruiz cree que se hace “demasiada política con la sanidad y poca política sanitaria”, algo que a su juicio hay que redirigir mediante una nueva gobernanza del SNS, “centralizada pero no centralista”, que implicaría cambios en el funcionamiento del Consejo Interterritorial. “Deberíamos considerarlo el verdadero ‘Parlamento’ del SNS, donde se discuten las políticas y luego se ven los reglamentos, pero vamos al revés. Prácticamente nunca hay debate sanitario”, señaló al tiempo que pidió unas políticas generales a raíz de lo que se hace en las CC.AA.

Lo mismo ocurre, según ambos expertos, en torno a otros ‘mantras’ del sistema, necesarios para alcanzar la necesaria reorientación futura del SNS: liderazgo, razonar en términos de resultados, compartir información y dar voz a los pacientes. “De momento estamos jugando a empoderar. Los pacientes no están en el centro del sistema.Tenemos 20.000 empoderados, que saben autogesionar su enfermedad. Nos hacen falta cuatro millones”, indicó Bengoa, que destacó que una más financiación es necesaria pero para hacer las cosas de manera diferente hacia un modelo “en parte no presencial, centrada en atención primaria y con más prevención” y puso como ejemplo lo sucedido en Estados Unidos a raíz de los cambios introducidos por Obama, que ha conseguido frenar el crecimiento del gasto, se mejora la calidad y en su caso, la cobertura.

Sin noticias de Ciudadanos

Las preguntas programadas para conocer las recetas financieras de Ciudadanos para el Sistema Nacional de Salud quedaron sin respuesta, dada la inesperada ausencia de Francisco de la Torre, exsecretario de la organización de Inspectores de Hacienda y encargado de elaborar las propuestas fiscales de esta formación, durante la jornada.

Urge responder a ciertas cuestiones dada la proximidad de las elecciones generales. Por ejemplo, cómo evitar que la propuesta fiscal de Ciudadanos (que supondría una pérdida en la recaudación de unos 4.350 millones de euros en 2016) impida que se vea afectada la equidad en el SNS. En la misma línea se sitúa otra de las preguntas que la formación dejó sin respuesta: la de cómo evitar que el trasvase planteado entre partidas presupuestarias (por ejemplo, menos AVE para tener más I+D) no impacte negativamente en los sectores afectados.