br
El nuevo caso de corazón artificial se ha hecho esperar 4 años en España
La primera vez se explantó el dispositivo por recuperación de la función cardiaca
C. Ossorio
Barcelona
No hay duda de que el trasplante es el tratamiento óptimo para los pacientes con insuficiencia cardiaca terminal. Ahora bien, cada vez son más certeros los procedimientos alternativos para los no candidatos, como el implante de un corazón artificial permanente, recientemente logrado por un equipo del Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Lo ha recibido un paciente de 67 años que no podía acceder a trasplante cardiaco debido a que también sufre insuficiencia renal no reversible y enfermedad pulmonar crónica. Enrique Pérez de la Sota, cirujano cardiovascular del centro madrileño, destacó que el paciente recibió el alta hospitalaria un mes después de la intervención, que tuvo lugar el pasado 4 de mayo, y que lleva tres meses haciendo vida independiente.
Se trata de una bomba de flujo axial, que impulsa la sangre desde el ventrículo izquierdo hasta la arteria aorta, y el único elemento externo es un cable que cruza la piel del paciente para conectarlo con la unidad de control, que funciona mediante baterías o conectado a la red eléctrica. Preparar la intervención conlleva grandes dificultades técnicas, y son pocos los candidatos a esta terapia “definitiva”, factores que han dificultado su consecución.
De hecho, la primera experiencia de este tipo, que se realizó con un dispositivo diferente, aunque de funcionamiento similar, la llevó a cabo un equipo del Hospital de Bellvitge (Barcelona) en 2007, a una paciente de 43 años. Sin embargo, como indica Carlos Fontanillas, jefe de Cirugía Cardiaca del centro catalán, afortunadamente, al año y medio de recibir la prótesis mecánica, la paciente recuperó su función cardiaca, por lo que el equipo decidió explantarle el dispositivo.
Como explica Fontanillas, se puede decir que el corazón mecánico es hoy un sistema “muy maduro”, y lo único que tiene es un problema de costes —en la actualidad, su precio es de unos cien mil euros—, de entrenamiento, de manejo y de indicaciones, ya que se trata de la última opción terapéutica.
Pero en este contexto, cabe también confiar en un sistema natural, como es la regeneración mediante células madre, un campo en el que los logros son aún más promesa que realidad. “Llevamos 40 años de investigación sobre los implantes, y otros 15 años sobre la aplicación de las células madre, que posiblemente tarden otros 10 o 15 años en desarrollarse completamente”, reflexiona el cirujano.
El nuevo dispositivo mecánico, llamado HeartMate 2, el que ha demostrado ser más seguro a nivel mundial, funciona como una bomba de flujo axial. Es una carcasa con un electroimán que hace girar la única parte móvil del aparato, una turbina que, a 8.000 revoluciones por minuto, impulsa la sangre a gran velocidad hacia la arteria aorta, realizando el trabajo ventricular.