Cuidados Paliativos/ VIII Congreso Nacional de la Secpal
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La cantidad de profesionales que atienden a los terminales debería duplicarse
Reclaman la creación de unidades infantiles, ahora sólo presentes en 4 ciudades
E. S. C.
Madrid
A pesar del desarrollo experimentado en los últimos años, el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), Javier Rocafort, denunció la falta de profesionales para atender a los más de 200.000 españoles que padecen alguna enfermedad terminal al año, al tiempo que solicitó el incremento del número actual de unidades —424— que se dedican a esta actividad en España.
Analizando la situación de los cuidados paliativos en nuestro país el experto cree necesario que el número de servicios para prestar atención avanzada a los pacientes terminales se aumente “entre un 30 y un 50 por ciento, según unas comunidades u otras”, y advirtió que los 2.000 profesionales dedicados a ellos que hay en estos momentos “no son suficientes” y debería duplicarse para atender una demanda que “desde 2003 es un derecho de todos los ciudadanos”. En este sentido incidió en la necesidad de elevar el número de psicólogos, trabajadores sociales y fisioterapeutas, pues, apuntó, la mayoría de los profesionales son médicos y enfermeras.
Otros problemas a los que se enfrentan los cuidados paliativos son la ausencia de estudios específicos en las facultades, pues son pocas las que tienen una asignatura sobre la materia, así como la falta de reconocimiento de la capacitación de los profesionales, “ya que la Administración no tiene ningún sistema para puntuar la habilidad de un médico en cuidados paliativos, lo que causa problemas a la hora de seleccionar al personal de las unidades”.
A pesar de que los datos de España son buenos en comparación con Europa, Rocafort subrayó un área en la que “queda mucho por mejorar”: la infancia. Sólo en Madrid, Barcelona, Mallorca y Sevilla existen dispositivos específicos para niños, mientra unos 1.500 niños al año, dijo, padecen enfermedad terminal en nuestro país, con la particularidad frente a los adultos, de que son procesos más largos, intensos y de gran repercusión para las familias.
La información alivia
Por otra parte, William Breitbart, jefe del Servicio de Psiquiatría del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York (EEUU) defendió que los pacientes terminales que conocen su estado “pueden desarrollar una consciencia pacífica de la muerte y mitigar su sufrimiento en los últimos días”.
Breitbart criticó la práctica, ilegal en España, pero aún tolerada, de ceder a las presiones familiares y no informar al enfermo de la gravedad de su estado. En su opinión, cuidar del paciente incluye también darle una atención psicológica adecuada “algo que debería hacerse de forma transversal en toda la práctica médica”. Así, aseguró que las pruebas realizadas en EEUU sugieren que “los psicólogos y los clínicos que atiendan a personas al final de su vida les otorgarían un beneficio adicional si aceptan discutir con ellos la aceptación, el miedo, la tristeza y el enfado que les provoca la cercanía de la muerte”, aseguró.
También se abordó el tema del duelo “en el que damos mucha importancia no sólo al tratamiento de síntomas físicos sino psíquicos y los valores espirituales”, dijo Juan Sanmartín, presidente del comité organizador del congreso. En esta línea destacó la aportación del uso de la musicoterapia y arteterapia. “Es algo que llevamos tiempo instaurando y que consideramos que es muy beneficioso”.