C. S. Madrid | viernes, 02 de octubre de 2015 h |

De las casi 50.000 personas que padecen esclerosis múltiple (EM) en España, entre un 60 y un 70 por ciento padecen EM remitente recurrente (EMRR) —la forma más frecuente de la enfermedad— y, aunque todavía no se puede hablar de curación, la llegada de nuevos tratamientos ha mejorado notablemente la progresión de la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes.

En esta ocasión, el nuevo fármaco es peginterferón beta-1a, comercializado por Biogen como Plegridy y disponible en nuestro país desde el 1 de octubre, el cual se administra cada dos semanas.

“Una diferencia significativa si se tiene en cuenta que, en general, el interferón se administra una, tres o cuatro veces por semana”, explicó el director de investigación de la UGC Neurociencias, Óscar Fernández, quien expuso los resultados más significativos del primer año del estudio Advance. Así, aseguró que esta nueva molécula consigue disminuir en un 36 por ciento la tasa anualizada de brotes y reduce la progresión de la discapacidad en un 54 por ciento.

“Para confirmar estos datos clínicos, los neurólogos observamos los datos de resonancia magnética (RM) y hemos visto que las lesiones se reducen un 86 por ciento”, apunta. “Esto es más de lo que conseguían otros interferones”, agregó, para concluir diciendo que la NEDA (Not Evidence Disease Activity) se sitúa en algo más del 40 por ciento.

Perfil de los pacientes

Acerca de cuál es el mejor perfil de pacientes para administrar este tratamiento, el director del CEM-cat, Xavier Montalbán, informó de que, “el más claro es el naive, que no tiene mucha actividad; pero necesita un fármaco activo”. Aparte, también está “el que responde bien con interferones, está estable, pero puede estar un poco cansado de las inyecciones”, añadió.

Finalmente, la jefa de Sección de Neurología y coordinadora de la Unidad de EM del Hospital Clínico San CarlosCelia Oreja-Guevara, destacó que los efectos secundarios son “prácticamente, los mismos que con los otros interferones”.

Asimismo, dijo que ya se tienen datos de la respuesta de los pacientes a largo plazo no solo de eficacia, sino también de seguridad.

“Sabemos que es seguro, que no presenta efectos secundarios inesperados y que ayuda a mejorar mucho la adherencia”, apostilló, resaltando que con esta molécula los pacientes se ahorran entre doce y quince pinchazos al mes, lo que repercute en la mejora de la calidad de vida.