rocío chiva Madrid | viernes, 03 de octubre de 2014 h |

Tras los prometedores resultados obtenidos con inmunoterapia en cáncer de pulmón y melanoma y la ingente presentación de resultados a este respecto en ASCO, la investigación en nuevos tipos de tumores con inhibidores específicos del punto de control inmunitario PD-L1 (inhibidores chekpoint) ha continuado protagonizando muchas de las sesiones de ESMO.

Así, por ejemplo, Ramón Salazar, oncólogo médico del Instituto Catalán de Oncología (ICO), destacaba en rueda de prensa los resultados del anti PD-L1 pembrolizumab, con tasas de respuesta del 30 por ciento en pacientes con cáncer gástrico avanzado refractarios a todos los tratamientos previos. Unos datos que, pese a ser de fase I, significan “una buena noticia porque ligan con la nueva clasificación publicada en julio en la revista Nature”, ha subrayado Salazar, en la que aparecen entre un 20 y un 30 por ciento de tumores gástricos con un perfil molecular inmunogénico.

Ahora, el siguiente paso es analizar si el porcentaje de pacientes que responde al anti PD-L1 coincide con el porcentaje de pacientes que tiene un cáncer gástrico de tipo inmunogénico. Una hipótesis que, de confirmarse, “consolidaría un inhibidor de checkpoint como es el PD-L1 en cáncer gástrico”, ha enfatizado Salazar.

Así, parece que el lema del Congreso, la medicina de precisión, sigue muy presente también en la inmunoterapia, tal y como ya adelantó días antes del Congreso Andrés Cervantes, miembro de la junta directiva de ESMO, quien apuntaba que “los avances en paralelo de la caracterización molecular de tumores van a ayudar a definir en qué tumores la inmunoterapia es mejor”.

Mesotelioma pleural maligno

Aproximadamente un 20 por ciento de los pacientes con mesotelioma pleural maligno expresan la proteína PD-L1, asociada a peor pronóstico —la mediana de supervivencia en pacientes que sí la expresan es de 4,79 meses, frente a los 16,3 meses en pacientes que no la expresan—, unos resultados que sugieren que esta población de pacientes podría ser tratada con inhibidores PD-1/PD-L1.

Una posibilidad, la inmunoterapia, que podría abrir una nueva línea de investigación en una patología que todavía a día de hoy supone un verdadero reto para los profesionales, ya que la mayoría de las últimas investigaciones han resultado negativas. De hecho, también en el marco del Congreso, se presentó precisamente un ensayo multicéntrico con 153 pacientes que no ha logrado demostrar que la radioterapia a altas dosis tras el tratamiento con quimioterapia o cirugía consiga retrasar el tiempo antes de la recidiva del mesotelioma.

En cuanto a la situación española en inmunoterapia en cáncer, Ignacio Melero, investigador del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Clínica Universidad de Navarra, destacó en sesión presidencial durante el Congreso que, si bien en su centro hay abiertos “más de veinte ensayos clínicos” en este campo, la realidad es que la caída de la financiación pública “frena notablemente el desarrollo biomédico de un país como España, que carece de una cultura de donación y mecenazgo por parte de la iniciativa privada de empresas y particulares”.