Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO)

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El análisis integrado de tres ensayos clínicos pivotales fase III evidencia la ventaja de denosumab frente a AZ en cáncer avanzado

El inhibidor del ligando RANK afianza su potencial en la prevención de eventos relacionados con el esqueleto y el dolor asociado a ellos

| 2010-10-15T16:04:00+02:00 h |

Cecilia Ossorio

Enviada especial a Milán (Italia)

Denosumab, el anticuerpo monoclonal humano desarrollado por Amgen, está consolidando su efectividad en la reducción de complicaciones óseas en pacientes con cáncer avanzado, como avala el análisis integrado de tres ensayos clínicos pivotales fase III presentado en el 35º Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) en Milán.

Sus resultados demuestran que denosumab es superior a ácido zoledrónico (AZ) en el tratamiento de las metástasis óseas en pacientes con cáncer de mama, de próstata y mieloma múltiple u otros tumores sólidos.

En total, los tres estudios incluyeron 5.723 pacientes —2.861 recibieron una dosis subcutánea mensual de 120 mg de denosumab, y 2.862 fueron tratados con infusiones intravenosas mensuales de 4mg de ácido zoledrónico—, según detalló Allan Lipton, del centro médico M.S. Hershey de la Universidad Estatal de Pennsylvania (Estados Unidos), durante el simposio que analizó el papel clave de la inhibición del ligando RANK en la salud ósea en pacientes oncológicos.

En lo referente al tiempo medio hasta el primer evento óseo durante el periodo del estudio, denosumab logró retrasarlo un 17 por ciento.

En concreto, los pacientes que recibieron el anticuerpo monoclonal tardaron una media de 27,7 meses en sufrir la primera complicación, frente a los 19,4 meses del grupo del bifosfonato. Los eventos relacionados con el esqueleto (ERE) en pacientes con metástasis óseas son fundamentalmente fracturas y la necesidad de radiación ósea, seguidos de la cirugía y la compresión de la columna vertebral, y denosumab fue más favorable en todos los casos.

Donde no hubo diferencias significativas fue en la supervivencia global de ambos grupos (22,3 meses frente a 22,5).

“Este análisis del mayor programa de registro llevado a cabo en metástasis óseas evidencia la ventaja clínica de denosumab sobre ácido zoledrónico en la prevención o el retraso de complicaciones óseas, así como del dolor frecuentemente asociado a ellas”, declaró Lipton.

Roy Baynes, vicepresidente de Desarrollo Global de Amgen, señaló que los ERE se registran de media en el 68 por ciento de las pacientes con cáncer de mama, en el 49 por ciento de los casos de cáncer de próstata y en el 51 por ciento del resto de tumores sólidos y de mielomas múltiples.

En cuanto a los efectos adversos, la tasa fue similar (96,2 por ciento con denosumab y 96,8 con AZ). En concreto, uno de los más graves e infrecuentes, la osteonecrosis de mandíbula, ocurrió en un 1,8 y un 1 por ciento, respectivamente. Lipton también destacó que con el bifosfonato se observaron más efectos relacionados con la toxicidad renal, y una significativa proporción de pacientes requirieron ajustes de dosis, algo que no ocurrió con denosumab.

La incidencia de reacciones en fase aguda durante los tres primeros días es más del doble en el grupo de AZ (20,2 por ciento frente a 8,7 con denosumab), mientras que el anticuerpo monoclonal registró una mayor tasa de hipocalcemia (9,6 frente a 5 por ciento con el bifosfonato).

En el marco del congreso se presentó un segundo análisis de los tres ensayos clínicos en el que se compara el efecto de los dos fármacos en la prevención del incremento del dolor óseo, uno de los primeros signos que indica la diseminación de la enfermedad metastásica en el esqueleto. Afecta a más del 79 por ciento de los pacientes con metástasis.

A partir de la escala de medición del dolor “Brief Pain Inventory”, comprobaron que el tiempo hasta el empeoramiento del dolor clínicamente significativo se alargó en el grupo de denosumab (181 días) en comparación con los 169 días del de AZ. Con denosumab, los pacientes que al principio del estudio no presentaban dolor o éste era leve, tardaron en progresar a una fase moderada o grave 55 días más que los que recibieron el bifosfonato (198 y 143, respectivamente). El inhibidor de RANK también logró retrasar en mayor medida el uso de morfina oral para el tratamiento del dolor.

Modificar el microambiente

Los expertos destacaron que la inhibición del ligando RANK es clave para impedir las complicaciones en las metástasis óseas, puesto que, como regulador de la formación de los osteoclastos, está implicado en la dinámica de destrucción ósea en cáncer metastásico. Como indicó Rob Coleman, del Weston Park Hospital de Sheffield (Reino Unido), “las terapias dirigidas al hueso como denosumab interrumpen ese círculo vicioso y modifica el microambiente óseo”. Según han comprobado, su acción reduce la migración celular en líneas celulares de próstata y mama.

El objetivo ahora es prevenir directamente la formación de metástasis óseas. Coleman citó un estudio fase III en marcha controlado con placebo de denosumab como adyuvante en cáncer de mama temprano de alto riesgo.