Cáncer/ Los especialistas ven imprescindible que se reconozca la especialidad

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almudena fernández Madrid | viernes, 03 de mayo de 2013 h |

Mejorar la supervivencia y disminuir los efectos secundarios en cáncer infantil es lo que, a juicio de Tomás Acha, presidente de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (Sehop), se podría conseguir con el reconocimiento de la especialidad de oncología pediátrica. Por este motivo, ve necesario que se regule y se acrediten las unidades actualmente existentes. En este sentido, explicó que recientemente se ha dado la oportunidad de que se reconozca como capacitación específica, algo que “nos acercaría a Estados Unidos”, ya que los profesionales jóvenes que comenzasen a desarrollar esta labor tendrían un título reconocido que acreditaría su capacitación para desarrollar este trabajo. El modelo por el que apuesta para estos futuros especialistas es el de un tronco común de tres años de pediatría y otros dos de oncología y hematología pediátrica.

Sobre este particular, el presidente de la Fundación Española de Pediatría, Luis Madero, ve “imprescindible” que todas las especialidades tengan su equivalente en pediatría, algo que no siempre es así por la falta de reconocimiento por parte de las CC.AA. y el Ministerio de Sanidad.

Respecto al anuncio hecho por Sanidad de elevar la edad pediátrica hasta los 18 años, Acha ve “importante” que la edad de sus pacientes “se prolongue durante la adolescencia, de los 14 a los 18 años”, y, por ello, se alegra de que pareezca “que es voluntad del ministerio que así sea”. Madero añadió que los adolescentes con cáncer, “hasta los 18 ó 19 años, tienen mejores resultados” cuando son tratados siguiendo protocolos pediátricos. En esta línea, cree que el adolescente se parece más al niño que al adulto en necesidades de ayuda psicosocial o de seguimiento de sus estudios durante el periodo de tratamiento.

Recortes

Al tratarse de un grupo especialmente pequeño de pacientes —150 casos nuevos al año por cada millón de niños de 0 a 14 años—, aseguró que, a pesar de la crisis, no han notado grandes recortes, mayores dificultades en el acceso a medicamentos ni grandes diferencias entre comunidades autónomas. Asimismo, subrayó la “aceptable comunicación” que existe entre las distintas autonomías en esta materia, tanto entre especialistas como incluso con los propios pacientes a los que prácticamente conocen “por nombre y apellido”, por lo que la atención es muy similar en todo el territorio nacional y, además, en este caso no hay problemas de movilidad entre regiones.

Diferente asunto es el acceso a nuevos fármacos debido a la dificultad para que los niños sean incluidos en ensayos clínicos, por lo que no pueden ser tratados con todos los medicamentos que hay actualmente en el mercado. Por ello, Madero abogó porque la administración invierta en este tipo de ensayos, ya que, al ser tan reducido el número de casos, a los laboratorios no les interesa realizarlos.

En cuanto a la prevalencia, el director del Registro Nacional de Tumores Infantiles de la Sehop, Rafael Peris, relató que se diagnostican anualmente 1.100 tumores nuevos y aseguró que el índice de supervivencia a cinco años del diagnóstico —según los últimos datos existentes, del periodo 2000-2004, a la espera de que en mayo se presenten nuevos— es de entre el 77 y el 80 por ciento, lo que supone un incremento de más del cuarenta por ciento desde 1980, momento en el que comenzó el registro. Además, desde hace más de una década no se ha incrementado su incidencia, que es “prácticamente idéntica” a la del resto de países europeos.