l El estudio de Amancio Carnero analizará el perfil transcripcional de estos tumores
l Baselga confía en que este trabajo reflejará la “realidad” del tumor primario
Cecilia Ossorio
Barcelona
Uno de los problemas que existen en la actualidad a la hora de aplicar los nuevos fármacos a los tumores es que no hay buenos modelos que realicen una predicción real. Por este motivo, en muchas ocasiones los resultados obtenidos en laboratorio fracasan cuando se intentan trasladar a humanos.
Es lo que intentará evitar el proyecto ganador de la segunda edición de la Fundación Fero, que se centrará en el estudio de sarcomas. Según explicó Amancio Carnero, del Instituto de Biomedicina de Sevilla integrado en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, que lidera este trabajo, “a través de implantes en ratones de tejido procedente de pacientes, intentaremos que el tumor se parezca en lo posible al humano, manteniendo su arquitectura”.
El objetivo es amplificar el tumor de forma fisiológica, lo que permite probar distintos fármacos en el mismo tumor, así como ensayar varios tipos de tumores de diversos pacientes.
“Al mismo tiempo, se pretende analizar el perfil transcripcional, entender qué huella molecular pueden tener esos tumores, y analizarlo con el perfil de respuesta a tratamientos ya disponibles y también a nuevas terapias”, añadió Carnero. Este proyecto, que tendrá una duración aproximada de dos o tres años, pretende “aportar suficiente evidencia científica para poder pasar el relevo hasta la investigación clínica”.
En puertas de orfandad
José Baselga, director del Instituto de Oncología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona (VHIO) y de la División de Oncología y Hematología del Massachusetts General Hospital, que entregó esta Beca en Investigación Oncológica Traslacional de la Fundación Fero, resaltó que los sarcomas corren el peligro de caer en el saco de las enfermedades huérfanas.
“Estamos trabajando siempre con líneas celulares de cáncer, que a veces tienen una vida propia de más de 30 años y posiblemente ya no reflejen una realidad”, afirmó el oncólogo.
El modelo de Carnero representa un oportunidad en este sentido, ya que al utilizar tumores directamente de los pacientes, logrará “reflejar mucho mejor la realidad del tumor primario”.