Julio Zarco es presidente del Consejo editorial de GACETA MÉDICA. Blog ‘Ser médico’ – www.juliozarco.com A todos nos resulta evidente que la sanidad (y lo que no es la sanidad) de nuestro país está politizada. Todos los hechos y acontecimientos son leídos en clave política, mientras la sociedad civil asiste impávida a los azotes de los agentes gubernamentales, las elecciones, las manifestaciones y por ende, a la corruptela de dirigentes políticos, sindicales y demás personajillos que mueven los hilos de la vida social de este país. Desde el punto de vista sanitario, en estos días nos hemos encontrado con varias demostraciones de la ignorancia, atrevimiento y desfachatez de organizaciones profesionales, y líderes médicos, que observan la realidad desde una única perspectiva: en clave política y protagonismo mediático. Es aquí que nos encontramos monopolizando el debate sanitario con aspectos como la controvertida asistencia a los emigrantes, la dimisión de dirigentes…, cuando ya se han producido pronunciamientos desde organizaciones profesionales, expertos en ética y deontología, o los propios protagonistas al respecto. Es como si algunas organizaciones y grupos mediáticos, hubieran cogido esta vaca lechera y la estuvieran ordeñando hasta más no poder, como si no hubiera otras muchas vacas que ordeñar y necesidad de hacerlo. Este tipo de cuestiones, en vez de suscitar el debate serio y riguroso, son utilizadas como un arma arrojadiza contra las cabezas de los actuales dirigentes populares: La dimisión de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha alimentado la idea de que va a dejar huérfana a la sanidad madrileña y los grupos de oposición, hacen un triste balance de lo pésimo de su gestión al frente del Gobierno regional. La convocatoria del Consejo Interterritorial del próximo día 3 de octubre, ya avanza los recortes que se van a producir en materia de cartera de servicios, anticipando de antemano y sin rigor, los desastrosos cambios en la salud de la población que conllevarán y argumentando que dejarán a los ciudadanos en un estado de total desatención. No parece nada serio y mucho menos prudente adoptar estas posturas catastrofistas y, sobretodo interesadas, producto de la intención de desgaste político, protagonismo mediático y de caldear los ánimos de una sociedad sumida en una profunda crisis de valores y en una gigantesca desaceleración económica. No se me entienda que estoy realizando una lectura partidista en defensa de un grupo político y en claro ataque de la oposición, pues creo que unos y otros son igual de responsables, al haber generado un clima apocalíptico, que en nada ayuda a la estabilidad social y sobre todo a la credibilidad como Nación. Una vez más esta situación solo puede paliarse con el saneamiento y democratización de las Instituciones y Administraciones públicas, con la no profesionalización de la política y con el sentido de la responsabilidad y del servicio público a nuestros conciudadanos. Los médicos, por nuestra parte, me reitero en que debemos de ayudar a vertebrar una sociedad civil, que debe de aprender de los grandes hombres de Estado y del pensamiento español, desde Jovellanos, pasando por los constituyentes de las Cortes de Cádiz y sin dejar de lado a Sagasta, Cánovas y otros que se ocupaban más de los verdaderos intereses de nuestra Nación. viernes, 21 de septiembre de 2012 h
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