Julio Zarco es presidente del Consejo editorial de Gaceta Médica | viernes, 30 de noviembre de 2012 h |

Blog ‘Ser médico’ – www.juliozarco.com

@JulioZarcor en twitter

Aunque resulte un poco tedioso, el término más utilizado del léxico en estos últimos años es la palabra “crisis”, aplicada en sus múltiples acepciones y utilizada en los distintos campos del conocimiento, las finanzas, la educación y la sanidad. Ruego pues a nuestros fieles lectores que nos perdonen por esta reiteración, pero lo que no debemos hacer es vivir de espaldas a la realidad.

Cuando hablamos de “la crisis del sector sanitario” ,solemos centrar nuestras reflexiones en los profesionales, los gestores y los políticos que parecen realizar denodados intentos de hacerlo cada día peor, o al menos así lo reflejan los resultados que se nos dan a conocer. En este sentido, cuando hablamos del Sistema Nacional de Salud, estamos hablando de todos los servicios y dispositivos sociosanitarios que, de manera coordinada, tienen como objetivo fundamental velar, proteger y fomentar la salud de los ciudadanos. En estos momentos de crisis económica y financiera nos hemos atrevido, sin miedo ni pudor, a plantearnos que este Sistema Nacional de Salud es insostenible por varios factores: modelo asistencial obsoleto, sistema retributivo arcaico, fragmentación de los cuidados…

Nuestra reflexiva conclusión es que todos los actores del sector sanitario debemos de hacer una profunda revisión sobre nuestro papel y nuestras funciones. Nuestras deliberaciones suelen centrarse en el rol de médicos, enfermería, los farmacéuticos, la participación ciudadana… pero suele existir una gran olvidada, con una presencia casi imperceptible a pesar de que casi todos conocemos de su existencia. Y es que son pocos los que se percatan de la distribución farmacéutica y tampoco los responsables políticos recapacitan sobre ella. Pueden estar seguros de que muchos actores del sector sanitario conocen y son conscientes de la existencia y función de la distribución, pero pocos han puesto el foco de atención y sus objetivos en aquellas empresas que con su callada labor, día a día, hacen posible que los ciudadanos podamos tener en los distintos puntos de farmacia, los medicamentos que necesitamos.

No hace demasiado hablaba con un colega sobre la importancia de la atención farmacéutica cuando los dos nos encontrábamos comprando unas medicinas en una farmacia de Madrid y él me comentaba: “Tengo que regresar en un par de horas, pues no tienen mi medicina, y me la van a pedir“, y cuando regresó, allí estaba su fármaco. La distribución farmacéutica, a través de empresas líderes en el sector, ha creado una tupida y eficaz red por todo nuestro territorio, que hace de eslabón entre el laboratorio productor y la oficina de farmacia, hace que las farmacias de este país estén abastecidas de productos y con ello, velan por garantizar la continuidad del proceso terapéutico. Es también una pieza clave y un actor de primer orden en el Sistema Nacional de Salud. El mantenimiento, actualización y modernización de esta eficaz red exige un importante esfuerzo de inversión, trabajo y creatividad.

Las últimas noticias que aparecen sobre la distribución no son muy halagüeñas, pues los impagos de la Administración a las farmacias está teniendo un impacto negativo en la cadena de distribución. Además, el Ministerio de Sanidad se comprometió a elaborar un proyecto marco sobre normativa y funcionamiento de la distribución farmacéutica para regular, proteger y potenciar esta importante acción, y el sector aún está a la espera del mismo. Ojala sea posible que todos los actores del Sistema Nacional de Salud podamos interiorizar la importancia de esta acción, para que el sistema de distribución se vea consolidado y los ciudadanos podamos estar tranquilos a la hora de tener siempre a nuestra disposición lo que necesitemos, en el momento preciso y en el lugar que más accesible.