Julio Zarco es presidente del Consejo editorial de GACETA MÉDICA En estos días hemos asistido a la escenificación en el Ministerio de Sanidad del primer Consejo Interterritorial del nuevo Gobierno del Partido Popular, donde se buscaba con ahínco una serie de propuestas clave que pusieran de manifiesto que el nuevo equipo de gobierno, no sólo tenía ganas de hacer cosas, sino lo que es más importante, que sabía hacerlas en tiempo y forma. Se tenían grandes esperanzas, máxime cuando la persona que ha estado llevando la política sanitaria del PP en los últimos años, había sido Ana Pastor gran conocedora del medio sociosanitario. La expectativa se ha cubierto con creces desde el punto de vista de que el gobierno ha abordado temas de sumo interés para el futuro de la sanidad, como es el calendario vacunal unificado, la creación de siete grupos de trabajo en torno a temas cruciales para la sanidad (cartera de servicios, retribución, desarrollo profesional…, entre otros). Y dicen, los que opinan en materia sanitaria, que se han puesto las bases de un futuro Pacto por la Sanidad, sin el cual no sería posible abordar los grandes retos de sostenibilidad, cambios estructurales, etc. Mi planteamiento es muy elemental. Es evidente y obvio que se necesita un Pacto por y para la Sanidad y que éste debe de abordar un horizonte temporal de 10 a 20 años que maque el futuro sociosanitario de nuestro país. Para ello se debe de realizar un importante ejercicio de diálogo, consenso e interlocución con el sector. ¿A qué espera el nuevo gobierno para hacerlo, máxime cuando asegura que tendrá conclusiones en un mes? La hoja de ruta está trazada en sus líneas maestras. Los grandes partidos políticos deben sentarse, junto con el sector profesional, que no sólo está simbolizado en sindicatos y organizaciones que dudosamente nos representan. Se debe decidir en primer lugar, sobre la delimitación temporal del Pacto, después hay que llegar a compromisos claros de no agresión, en tercer lugar hay que consensuar qué es lo que no se debe transgredir, modificar ni reestructurar y posteriormente hay que abordar con innovación, creatividad y también decisión política, lo que debe de reorientarse y redefinirse. Todo ello contribuirá a vertebrar los cimientos que consoliden un futuro Sistema Nacional de Salud fuerte, sano y vigoroso, para dar como resultado una sanidad nueva de un nuevo siglo. Todo lo que no sea esto, suena a improvisación, bizma… la crónica de una muerte anunciada. Señores, se necesita generosidad, honradez, trabajo y diálogo, con grandes dosis de optimismo y creatividad, pero contando siempre con nosotros, los profesionales. | viernes, 09 de marzo de 2012 h |