| viernes, 07 de diciembre de 2012 h |

A grandes males, grandes soluciones” afirma un antiguo refrán español, tratando de poner de manifiesto que en momentos de crisis se deben de adoptar medidas claras y con determinación. Este mismo refrán y su posible interpretación podrían aplicarse a la situación de la sanidad española y en especial a la situación de la sanidad madrileña, que en estos días vive convulsos momentos de paros y huelgas en relación a la toma de decisiones y medidas del gobierno regional.

La frase de Heráclito que da título a esta tribuna es aplicable a muchos conceptos de la vida cotidiana y también de la gestión sanitaria. Estoy convencido de que la sanidad puede y debe de gestionarse mucho mejor que hasta ahora, fundamentalmente con la mirada puesta en el hecho de que los recursos públicos no son infinitos y debemos de garantizar su universalidad, calidad y equidad. Por otro lado, debemos de entender que hay que buscar fórmulas de gestión que no solo garanticen estos presupuestos, sino que además aporten valor, eficiencia y creatividad. Con respecto al modelo sanitario español, hemos pasado de un modelo inicial, denominado modelo de expansión, donde existe una gran inversión en estructuras y personal y que ocupó la primera década tras la reforma sanitaria de los años 80, a un modelo de resistencia, que ha estado presente durante veinte años y que se ha mantenido a través de contratos programa, introducción de modelos de gestión de calidad como ISO y EFQM… llegando a una situación de meseta en el desarrollo del modelo existente. Esta situación de enquistamiento se ha visto agravada en los últimos tiempos por la situación de precariedad presupuestaria, que está convirtiendo éste en un modelo de retirada, que viene determinado por los recortes presupuestarios, la tendencia a la privatización y el recorte en el capítulo I, correspondiente a personal. Todo modelo sanitario ha de ser flexible, eficiente y debe adaptarse a la situación sociodemográfica, política y sobre todo a las necesidades de salud de la población. Los llamados modelos de diversificación cumplen estos requisitos, pues dan un mayor protagonismo a los ciudadanos y a los profesionales en la planificación y en la organización de los dispositivos sanitarios. Son los imperantes en países como Reino Unido, Canadá o Suecia, y entre otras fórmulas generan vías de colaboración entre la empresa privada y la Administración pública, gestionando dinero público, manteniendo la naturaleza laboral del personal y por supuesto, sin costes adicionales por parte del paciente.

En nuestro país estos modelos se han puesto en marcha en Comunidades como Valencia, Andalucía y Cataluña y el nivel de satisfacción por parte de los ciudadanos es alto; es más, muchos de ellos desconocen cuál es el sistema de gestión de sus hospitales de referencia y centros de salud. No son modelos de privatización, pues el personal sanitario pertenece al servicio público de salud, los fondos se abastecen del dinero público y los objetivos de salud se ajustan a las estrategias y líneas de fuerza del Sistema Nacional de Salud y de la Consejería de la Comunidad Autónoma responsable. El principal cambio que introducen es la optimización de los recursos, con eficiencia en la gestión y una estructura flexible que es capaz de dar respuesta a los cambios y fluctuaciones de la organización y de las demandas poblacionales. Los modelos de diversificación y las fórmulas de colaboración público-privada ofrecen posibilidades que hemos de contemplar si no queremos que los modelos de retirada hagan su aparición, a través de una privatización descarnada.

Con el objetivo principal de poner cierta cordura en momentos agitados para la sanidad, los teóricos y expertos en modelos sanitarios deben de ponerse al servicio de la Administración, y con creatividad, compromiso e independencia, implementar fórmulas de gestión creativas, teniendo siempre en cuenta, que ninguna de ellas alcanzará un objetivo real si no son consensuadas previamente con los profesionales que serán los responsables de ponerlos en marcha.

Blog ‘Ser médico’ – www.juliozarco.com

@JulioZarcor en twitter