Blog ‘Ser médico’ – www.juliozarco.com
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Una “marea blanca” es uno de los titulares que más han destacado en estos días, tanto en prensa nacional, como especializada en el sector sanitario y en las redes sociales, para hablar de la unidad pocas veces conseguida entre los profesionales sanitarios, que “paran” en sus actividades en forma de protesta contra los recortes y nuevas medidas adoptadas en la política sanitaria. Pero también en estos días hemos oído hablar de más “paro” entre las profesiones sanitarias.
Hablar en estos días de desempleo es una tónica general, alimentada por la crisis económica y por los malos augurios de los gurús de la economía. La deficiente planificación de la economía española, la falta de inversión en I+D+i, la detonación de la burbuja inmobiliaria y tantos y tantos desatinos presupuestarios, han llevado a nuestro país a una situación insostenible de destrucción de empleo que está ocasionando una importante desaceleración económica, con crecimientos negativos, fractura social y una volatilización del llamado “estado del bienestar”. España está siendo un país puesto como mal ejemplo por la Europa norteña y rica y está acumulando porcentajes insoportables de un 25 por ciento de paro, teniendo en cuenta que algunas regiones y comunidades acumulan hasta un 35 y 40 por ciento de población sin empleo. Este es el motivo señalado por el Gobierno de la Nación que ha emprendido una ingrata tarea de recortes presupuestarios, en un claro intento de contener el gasto público y de incremento de los impuestos de los ciudadanos, para cumplir los deberes duramente marcados por Bruselas y la locomotora alemana.
Como en los tiempos que corren todos los sectores muestran sus miserias, el sector sanitario no podía ser menos y las estadísticas de este mes de octubre, arrojan unos números demoledores. Casi 24.000 profesionales de la medicina están en el paro, lo cual supone un 37 por ciento más que en el mes de septiembre y viene a confirmar la intensa destrucción de empleo en el sector. Si miramos con cierta objetividad y curiosidad estas cifras, nos percatamos de que la situación es mucho más grave que la mostrada a nivel general, pues en el sector médico hay un 80 por ciento más de paro que en octubre del año 2011, siendo ocho de cada diez mujeres y uno de cada dos mayores de 40 años. Esto significa que las posibilidades de encontrar empleo por parte de estas mujeres mayores de 40 años es bastante complicado. En el sector de la enfermería acontece otro tanto de lo mismo, pues en un mes se han destruido más de un 49 por ciento de empleo, donde el 86 por ciento son mujeres, aunque en este caso, más jóvenes.
Algún lector atento puede advertir que estas cifras son similares a las de otros sectores profesionales independientes y liberales como arquitectos, ingenieros, abogados… y por supuesto no seré yo quien se lo discuta, pero desde hace más de diez años, desde las organizaciones profesionales veníamos denunciando esta situación y profetizando sin bola de cristal, sino simplemente con la evidencia en la mano, que llegaríamos a esta realidad. Desde todas las tribunas posibles se ha demandado un estudio real de necesidades de médicos y enfermeras en este país, para ajustarlos a las necesidades socio-demográficas del entorno. También hemos venido planteando estudios sociológicos que adviertan del comportamiento antropológico y cultural en el enfermar y una reordenación con sentido común de los dispositivos sanitarios. Durante estos últimos 10 o 15 años no se ha realizado planificación alguna de recursos humanos y hemos avanzado a boleo, números para las plazas de estudiantes de medicina, de residentes, de médicos extracomunitarios…
Tanto viene el lobo, que ahora el lobo ha entrado en el corral por la puerta de la crisis y ni hay pastores ni perros que nos defiendan, solo nos queda apelar al sentido común de políticos y gestores y este a veces brilla por su ausencia.
Que ¿por qué “paramos”?, porque no queremos “más parados”.