Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 12 de febrero de 2016 h |

A menos de dos meses de afrontar un lavado de cara total, el Fondo de Medicamentos contra el Cáncer de Reino Unido se enfrenta a las demoledoras conclusiones de un informe del Parlamento británico. El Comité de Cuentas Públicas de la Cámara afirma que el Fondo no se ha gestionado de manera efectiva; ve “inaceptable” que el Gobierno haya sido incapaz de evaluar adecuadamente los resultados en salud para los pacientes y los problemas de acceso que alumbraron esta herramienta y cuestiona la rigidez de la política de negociación de precios del Ministerio de Sanidad.

Reino Unido siempre ha ido por detrás de países de su entorno en la utilización de innovaciones oncológicas. Tradicionalmente, además, ha registrado diferencias de acceso entre regiones. El Fondo de Medicamentos contra el Cáncer nació en 2010 para mejorar el acceso a fármacos aún no evaluados por el NICE, o evaluados pero no recomendados por este organismo… En definitiva, fármacos que, de otra manera, no estarían disponibles en el NHS.

En cinco años, 80.000 personas se han beneficiado del Fondo. Pero los datos necesarios para evaluar el impacto en los pacientes y en acceso no existen. Para el Parlamento es clave conocer esta información, teniendo en cuenta que los únicos datos claros apuntan a la insostenibilidad de esta herramienta, que en tres años (de 2013 a 2015) ha acumulado un sobrecoste de unos 831,3 millones de euros (647 millones de libras), incluso habiendo sufrido dos desfinanciaciones en 2015. Las primeras recomendaciones al Gobierno piden rellenar estas lagunas: la Cámara espera un informe en marzo que determine si continúan existiendo diferencias regionales de acceso; y otro en abril, con los datos de impacto en resultados para los pacientes.

Otras deficiencias

El origen de los problemas que arrastra el Fondo está en su inicial carácter coyuntural. Tenía previsto durar hasta 2014, año en el que el Gobierno habría empezado a aplicar su ‘precio basado en valor’, pero tuvo que ampliar su tiempo de vida hasta marzo de 2016 dado que ese sistema no prosperó. Este tiempo ha puesto en evidencia otras deficiencias que, según el Parlamento, deberían ser corregidas una vez el nuevo Fondo comience a funcionar en abril.

La primera tiene que ser la sostenibilidad de la herramienta. Según el NHS, el Fondo “ha sido víctima de su propio éxito”. El Parlamento acusa a las autoridades de no haber atajado el problema a tiempo. El diseño que se está ultimando debe evitar, añade, la tendencia al sobrecoste, una recomendación que secunda la patronal de la industria innovadora. ABPI, que fue muy crítica con las desfinanciaciones y continuamente resalta la magnitud de las aportaciones económicas del sector, pide al Gobierno que aproveche la oportunidad y transforme el modo en que el NICE evalúa los fármacos para alcanzar una solución “sostenible y asequible” que asegure el acceso.

Precisamente el carácter asequible de los fármacos también es mencionado en el informe, y lleva al Parlamento a cuestionar la política de negociación de precios de Reino Unido. Los diputados dudan que el NHS esté utilizando correctamente su poder de compra en relación a los fármacos oncológicos.

En un esfuerzo por controlar los costes, y al tiempo que se gestaba la primera desfinanciación, el NHS se aseguró una serie de descuentos por parte de las compañías. La realidad demostró que estas medidas no fueron suficientes pero la industria, según el informe, estaba “claramente preparada” para reducir más los precios a cambio de mantener sus fármacos en los listados. Roche llegó a ofrecer un paquete de medidas de ahorro relativas a un determinado número de medicamentos pero la respuesta del Ministerio fue que su política de precios no permitía al NHS llevar a cabo esa negociación. El Parlamento insta al Gobierno a aprender la lección y analizar los beneficios de flexibilizar los acuerdos de precios.

Por último, pide reconsiderar el impacto de las propuestas que surgieron durante la consulta lanzada en relación al futuro del Fondo, especialmente la relativa al NICE. Los diputados dudan que este organismo tenga la suficiente capacidad como para evaluar todas las innovaciones oncológicas, como se ha propuesto. Recuerdan para ello que entre abril de 2013 y marzo de 2015, el 48 por ciento de las indicaciones disponibles en el Fondo no habían sido evaluadas por el NICE.