plataforma/ Siguiendo los pasos del Foro de la Profesión, el colectivo crea la ‘Casa de la Primaria’ que anunciará su plan de acción en marzo

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Reclaman que el 25% del presupuesto sanitario se destine al primer nivel en todas las CC.AA. que apenas presupuestan entre el 18% y el 14%

La solución no pasa por plantear nuevos modelos de gestión, sino por dotar al médico de elementos básicos para su ejercicio, según CESM

| 2010-02-05T16:29:00+01:00 h |

1. Posibilitar una dedicación temporal suficiente a las actividades organizativas y formativas necesarias durante la jornada de trabajo, limitando la actividad asistencial a un máximo del 60-65 por ciento.

2. Garantizar un tiempo de consulta que permita un adecuado desarrollo del proceso clínico, estableciendo entre 10 y 15 minutos por paciente, con un máximo de 25-30 al día para el médico de familia y entre 10 y 30 minutos con un máximo de 20-25 al día para el pediatra de AP.

3. Definir, según lo anterior, cupos máximos por profesional, modulados según la cartera de servicios y las características de la población: entre 1.200-1.500 personas para el médico de familia y entre 800-1.000 niños para el pediatra de AP.

4. Flexibilizar la gestión de la agenda diaria, que debería dejarse fundamentalmente en el propio profesional, con la única limitación de la garantía de accesibilidad para los pacientes.

5. Rentabilizar el tiempo y la actividad del médico, reduciendo la burocracia y prestándole el apoyo administrativo necesario.

6. Aumentar la capacidad resolutiva del profesional, facilitándole el acceso a los recursos necesarios.

7. Reconocer el liderazgo del médico dentro del equipo asistencial, definiendo claramente el papel de cada uno de los componentes del mismo, y facilitándole las tareas de coordinación con otros recursos asistenciales.

8. Promover y/o recuperar el papel del médico en las actividades no directamente asistenciales (educación para la salud, participación comunitaria…).

9. Promover las condiciones laborales y de ejercicio profesional (conciliación de la vida familiar, retribuciones adecuadas, valoración del mérito clínico, salud y seguridad en el trabajo…).

10. Promover políticas de fortalecimiento de la Atención Primaria (incluyendo una adecuada dotación financiera) y de correcta utilización de los servicios sanitarios.

MÓNICA RASPAL

Madrid

Los médicos pueden volver a tomar las calles en un futuro no muy lejano. Tras el éxito de su manifestación para reclamar el título de máster, la exigencia de que un 25 por ciento del presupuesto sanitario se destine a la atención primaria —tal y como se acordó en la reforma de 1978— se perfila como el leitmotiv para una posible movilización profesional consensuada por todos los agentes del sector.

Todo apunta a que será una de las primeras acciones de un plan de actuación que el Consejo de Médicos y el sindicato CESM — con el apoyo de las sociedades científicas de AP (incluidas las pediátricas) y la Comisión Nacional de esta especialidad— presentarán el próximo 3 de marzo para dar continuidad a lo que han denominado la ‘Casa de la Atención Primaria’, una plataforma constituida por los representantes de los médicos del primer nivel al completo que quiere liderar la adecuación de la primaria a la realidad, sin esperar a que otros lo hagan.

Una sola voz

“Se trata de recuperar el liderazgo como profesionales desde la unidad y la proactividad, defendiendo y definiendo criterios profesionales, acabando con la queja permanente y sacando los colores a la Administración”, explicó Miguel Ángel García, coordinador de estudios de CESM, durante la presentación del informe elaborado por esta entidadEl ejercicio de la Atención Primaria en España. Antecedentes, situación actual y criterios para su desarrollo futuro” que sirvió de excusa perfecta para consolidar y presentar ante los medios esta nueva alianza médica, que seguirá los pasos del Foro de la Profesión.

Y es que el colectivo médico ha evolucionado en los últimos años desde una visión “poliédrica” e incluso “divergente” —que les hizo perder protagonismo y liderazgo— a una confluencia y unión de esfuerzos de la que este foro es el máximo exponente, tal y como señaló el secretario general de la OMC, Serafín Romero. A su juicio, existen muchos diagnósticos sobre el estado de salud del primer nivel asistencial pero las administraciones están llegando tarde a los tratamientos, por lo que son los profesionales los que deben asumir su liderazgo y su compromiso desde lo social, especialmente importante en el contexto de crisis actual. Para Romero la “fascinación tecnológica” del sistema le está alejando de lo humanitario, pues se destinan más fondos a la innovación en tecnología que a la atención real al paciente. Por ello, demandar ese 25 por ciento del presupuesto sanitario para la atención primaria es una exigencia muy legítima incluso en tiempos de austeridad, pues, como matizó el secretario general de CESM, Patricio Martínez, no están reclamando un aumento de los fondos sino denunciando la falta de solidaridad de un sistema que sólo destina entre un 14 y un 18 por ciento a la AP —según la autonomía— cuando ésta es la base de la atención a un paciente cada vez mayor, pluripatológico y plurimedicado y que además va a demandar la mayor parte de los recursos de la dependencia.

A ello se suman las diferencias entre regiones, dada la “falta de voluntad política”, según Martínez, para establecer unos presupuestos finalistas. Sin embargo, en este contexto que los profesionales en su conjunto coinciden en definir como “crisis” del primer nivel, los análisis y propuestas de las administraciones se centran en los modelos de gestión existentes y en posibles alternativas sin ocuparse de los problemas cotidianos del médico de a pie.

Criterios mínimos

De ahí que CESM haya elaborado un estudio desde la perspectiva de los facultativos, pues nada cambiará sin mejorar las posibilidades del ejercicio de los profesionales según uno de sus autores, Miguel Ángel García.“El diagnóstico está hecho y no es cuestión de plantear un nuevo modelo que lo solucione todo, sino de exigir a la Administración unos criterios mínimos decentes (ver cuadro)”, destacó.

Para otro de los autores del estudio y presidente de CESM-Murcia, Francisco Miralles, la solución también pasaría por el cumplimiento de los parámetros fijados por el Consejo Interterritorial dentro de la estrategia AP21 pero que, tres años después, aún siguen pendientes ya que ni siquiera han sido capaces de ponerse de acuerdo en el número de tarjetas que debe manejar el médico de familia o el pediatra de primaria. “Éste es uno de los motivos principales para que digamos basta. No vamos a colaborar con quien no respeta este nivel”, sentenció.