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La aparición de nuevas terapias dirigidas en artritis reumatoide abre la posibilidad de tratamientos por vía oral en estos pacientes. Concretamente, José María Álvaro, reumatólogo y coordinador de la Unidad de Terapias Biológicas del Hospital Universitario de La Princesa, se ha referido a los resultados en fase III obtenidos con tofacitinib, un inmunosupresor que ya ha sido probado con éxito en hasta cuatro poblaciones distintas de pacientes.
Así, si bien en pacientes que ya han recibido tratamiento previo con otros biológicos, la tasa de eficacia es cercana al 50 por ciento, en pacientes naïve este porcentaje se eleva hasta el 70 por ciento. Pendiente ahora de aprobación por la EMA, este compuesto ya se comercializa en Estados Unidos.
También en artritis reumatoide, Álvaro presentó dos estudios de comparación de fármacos biológicos en diferentes perfiles de población. El primero de ellos, con abatacept y adalimumab, ha demostrado que este segundo compuesto, si bien parecía más lento que el primero, tiene el mismo perfil de seguridad que adalimumab. El segundo de los estudios, de comparación entre tocilizumab y adalimumab, ha demostrado que el primero de ellos es más eficaz en pacientes que tienen que recibir tratamiento en monoterapia y no en combinación con metatroxato bien porque no está indicado o porque el paciente no lo tolera.
Otra de las novedades importantes de este año, tal y como indico este profesonal, se ha producido en artrosis. Si bien los ensayos todavía están en fases preclínicas, se ha abierto una nueva vía terapéutica con la transformación de células madre mesenquimales en condrocitos, una técnica que podría significar la posibilidad de curar a estos pacientes en un futuro.
En artritis idiópatica juvenil también ha habido importantes avances. Del estudio comparativo de tocilizumab y canakinumab, se han obtenido tasas de respuesta de hasta el 80 por ciento en niños con esta patología que no habían respondido a otros tratamientos anteriores. Y en casos graves de vasculitis, este reumatólogo destacó estudios que han obtenido porcentajes de respuesta de hasta el 90 por ciento con la utilización de rituximab, un anticuerpo monoclonal de utilización habitual en artritis reumatoide.
Para terminar, Álvaro expuso el trabajo de un grupo de reumatólogos del Clínic sobre el efecto de la vertebroplastia en pacientes con fracturas vertebrales osteoporóticas.
Síndrome de Sjögren
Por otro lado, durante el Congreso de la SER, José Rosas, jefe de la Sección de Reumatología del Hospital Marina Baixa de Villajoyosa (Alicante), comunicó el desarrollo de los índices internacionales que evaluarán la actividad y el daño en Síndrome de Sjögren, una enfermedad reumática inmunológica que afecta a aproximadamente 200.000 personas en España, y se produce por un infiltrado de linfocitos en las glándulas exocrinas. Con esta herramienta, se examinará la afectación glandular y extraglandular y se valorará la respuesta a los tratamientos actuales, fundamentalmente a fármacos inmunosupresores como corticoides o rituximab.
Como explica Rosas, estos tratamientos están indicados para aquellos pacientes, aproximadamente un 10 por ciento, que presentan manifestaciones en órganos internos, como los riñones o los pulmones. Sin embargo, si se detectan a tiempo, los signos más comunes de la enfermedad (xerostomía y xeroftalmia) se controlan adecuadamente con tratamientos sintomáticos como lágrimas artificiales sin conservantes o la pilocarpina. Además, en casos de sequedad ocular extrema, el experto destaca el uso de lágrimas de suero autólogo de la sangre, así como suero de cordón umbilical.
También existe la posibilidad de realizar una cirugía muy leve que consiste en la colocación de unos tapones de silicona para preservar la lágrima en la superficie ocular más tiempo. Rosas recordó que estos pacientes tienen mayor predisposición a padecer linfoma, y el riesgo se mide analizando la presencia del complemento C4 bajo en sangre, la presencia de crioglobulinas o el aumento del beta-2-microglobulina.
No sólo hay factores genéticos en el desencadenamiento de la artrosis, en un 40 por ciento, sino también en su pronóstico (60-70 por ciento). Ésta es la hipótesis sobre la que se inició el desarrollo del primer test genético en saliva que predice la evolución de la artrosis de rodilla, realizado íntegramente en España por Bioibérica Farma, que ya está disponible en el mercado y tiene un coste de 247 euros.
El año pasado se presentaron los resultados preliminares en el congreso Oarsi en Barcelona (ver GM nº 419), y en el marco de esta edición del Congreso de la SER han confirmado que el test ofrece un nivel de precisión del 82 por ciento. Josep Vergés, farmacólogo clínico y director médico y científico de la compañía, puntualiza que los estándares estadísticos internacionales consideran este nivel como “excelente”, y pone de ejemplo que la densitometría tiene una sensibilidad del 62 por ciento en fractura osteoporótica.
Ingrid Möller, reumatóloga directora del Instituto Poal de Reumatología de Barcelona y participante en este estudio con 281 pacientes con artrosis primaria de rodilla con más de 8 años de evolución, y la colaboración de un equipo multidisciplinar de 31 centros españoles, explica que han creado un modelo matemático que, a partir de los polimorfismos SNPs (single nucleotide polymorphisms), permite predecir el tipo de riesgo de evolución rápida de la artrosis (mínimo, medio, moderado o grave) en menos de un mes. Como valora Isabel Sañudo, jefa de Rehabilitación del Hospital Clínic de Barcelona, que ha participado en el estudio, es un trabajo riguroso ya que todas las mediciones previas de la artrosis, (datos clínicos y radiológicos) se definieron para etiquetar con precisión en qué grado de artrosis tenía el paciente. “De tal manera, que ese grado medido a través de los indicadores clínicos y radiológicos se correlacionaba con el grado de influencia o predisposición genética”. Sañudo incide en la importancia que tiene el test a la hora de tomar decisiones, tanto en deportistas que quieran conocer su pronóstico como en personas a partir de 60 años que han desarrollado su proceso artrósico y se encuentran en la duda de recurrir o no a una prótesis.
Jordi Ardèvol, traumatólogo ex jefe de los servicios médicos del FC Barcelona, añade que este test respeta la confidencialidad del paciente, y valora que la posibilidad de incidir en la evolución de una enfermedad crónica como esta “es el futuro”.