21er Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS)
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E. Sainz Corada
Env. especial Ámsterdam (Holanda)
Las perspectivas de tratamiento de la fibrosis pulmonar idiopática (FPI) —para la que existen pocas opciones y tiene una alta tasa de mortalidad— podrían mejorar de confirmarse los resultados obtenidos con una nueva sustancia en fase de investigación denominada BIBF 1120 presentados en el Congreso Anual de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS) celebrado en Ámsterdam (Holanda).
Se trata de un estudio clínico en fase II denominado Tomorrow (To Improve Pulmonary Fibrosis with BIBF 1120) realizado con este inhibidor de la tirosina kinasa de Boehringer Ingelheim, que demuestra el efecto positivo del compuesto en la reducción de la pérdida de la función pulmonar en pacientes con esta enfermedad.
El trabajo, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo y de un año de duración, se llevó a cabo en 92 centros de 25 países y evaluó su seguridad y eficacia de administrado en cuatro pautas posológicas por vía oral en 432 pacientes diagnosticados con FPI. Y los datos han demostrado que los tratados con 150 mg de BIBF 1120 dos veces al día presentaron una reducción del 68 por ciento en la velocidad de deterioro de la capacidad vital forzada (CVF), en comparación con los que recibieron placebo así como una menor incidencia de exacerbaciones.
Además, el tratamiento con esa posología causó un deterioro menor de la calidad de vida, en comparación con un incremento entre los que tomaron placebo, (-0.66 vs. 5.46), según el cuestionario respiratorio de St. George.
“Los efectos positivos en la reducción de la velocidad de pérdida de la función pulmonar, de la incidencia de exacerbaciones, y la mejora de la calidad de vida con BIBF 1120 se traducen en un estudio preliminar de eficacia prometedor”, aseguró el autor principal del estudio y director del Centro de Investigación de Neumopatías Infrecuentes de la Universidad de Módena y Reggio Emilia, en Módena (Italia), Luca Richeldi, quien también destacó la respuesta “extremadamente rápida” al tratamiento, así como la necesidad de mejorar sus efectos adversos, en especial la diarrea que afectó al 11,8 por ciento de pacientes.
Como consecuencia de todo ello ya está en marcha la fase III para el que se quieren reclutar alrededor de mil pacientes en todo el mundo y del que se espera tener resultados a principios de 2014.