| viernes, 18 de mayo de 2012 h |

Cataluña se ha convertido, desde que Boi Ruiz ocupa la consejería de Sanidad en una de las comunidades autónomas que con mayor celeridad ha propuesto diferentes medidas de ajuste sanitario para combatir el déficit. Joan Durán, ex presidente de los farmacéuticos catalanes, forma parte desde 2010 del Consejo Asesor para la Sostenibilidad de la Sanidad en Cataluña, en el que, junto a médicos, economistas y políticos, asesora al presidente de la Generalitat Artur Mas para afrontar los problemas de la Sanidad.

Pregunta. El consejo asesor del que forma parte ofrece al presidente Artur Mas un análisis de escenarios de futuro en Sanidad. ¿Cómo es este en Cataluña?

R. Complicado y complejo, porque cuando las cosas no se hacen en el tiempo oportuno, luego las prisas son malas consejeras. Pero no pasa solo en Cataluña, sino en todo el país. El sistema público de Salud ha ido creciendo en calidad y cantidad, pero no ha esto no ha venido acompañado de previsiones adecuadas para su sostenibilidad. Ningún gobierno de ningún color se planteó buscar vías de financiación, generales o sobre uso, para un sistema que cada vez se hace más universal y que aumentaba en calidad y coste.

P. Entonces es cuando vienen los ajustes. En este sentido, Cataluña ha marcado una política de muy dura. ¿Era necesaria?

R. No sé si deberían ser estos ajustes, lo que sí sé es que desde hace tiempo la financiación era insuficiente. Todo el mundo lo sabía, y nadie planteó en el Consejo Interterritorial que se necesitaba más dinero y había que gastar menos y recaudar más, de manera directa o indirecta. Ahora, el cántaro ha ido tanto a la fuente que se ha roto en el peor momento.

P. Llegados a esta situación, ¿qué se puede hacer?

R. En estos momentos lo que se está haciendo es poner parches, porque nadie fue lo suficientemente valiente de plantear otras medidas en el tiempo. Se han hecho cosas, pero hay que hacer más y todos tenemos que ser más responsables. No se puede seguir diciendo que la Sanidad es universal y gratuita.

P. ¿No es cierto?

R. No, no es cierto. La Sanidad siempre ha tenido un coste, que se ha financiado de una manera u otra. Por eso no se puede mantener el discurso de que cualquier ajuste atenta contra el derecho a la salud. Justamente, para mantener el sistema, hay que hacer cosas, porque si no las hacemos se hundirá y ahí perderemos todos.

P. Y Cataluña ha dado esos primeros pasos para mantener el sistema, ¿no?

R. Lo que pasa es que en Cataluña también hay un problema político, un sentimiento profundo de agravio en cuanto al tema fiscal por las insuficiencias financieras que sufre esta comunidad. Y ese sentimiento se traslada a la Sanidad.

P. Entonces, ¿piensa que estos ajustes que se han hecho en Cataluña deberían trasladarse a todo el Estado, o por lo menos llevar a cabo ajustes homogéneos?

R. Las decisiones de la consejería de Salud de Cataluña no son las mías, pero… ¿Euro por receta? No se podía hacer otra cosa porque se invadirían competencias del Estado. Hay que cumplir con unos parámetros que marca el Estado y en Farmacia se ha hecho esto, que seguro que no ha sido sencillo. Es un parche pero… Otra cosa es el RDL 16/2012.

P. ¿Cree que ese es el camino?

R. Vamos a ver, porque creo que el Gobierno central no ha entendido que en Sanidad las competencias están transferidas y esto no se puede hacer por real decreto-ley. Es un problema de concepto. Si las competencias están transferidas, las reformas para llegar a acuerdos generales deben seguir un proceso desde el que tiene responsabilidades hacia arriba. Se ha hecho de arriba hacia abajo, y va a ser fuente de conflicto.

P. Pero cuando se ha intentado hacer de abajo hacia arriba no ha habido acuerdos en el Consejo Interterritorial, ¿no?

R. Es un tema de responsabilidades de todo el mundo. Es política con mayúsculas. A veces reformar es más complicado que hacer todo nuevo. Ahora hay que tener altura de miras y capacidad intelectual para conducir este proceso, porque nadie quiera que el sistema vaya mal, pero hay que modificarlo. No puede ser que los partidos que no gobiernan se quejen de que se pone en peligro la gratuidad del sistema, cuando a lo mejor han gobernado y no ha hecho ninguna previsión.

P. Las cosas se ven distintas según en el lado en el que se esté.

R. Ya, pero, por ejemplo, la ministra de Sanidad ha dicho que esto ni es un copago ni es recaudación. No lo puede decir, porque el Gobierno propone un copago y una recaudación. Hay que tener coraje o no saldremos adelante. ¿Por qué una persona ingresada en un hospital no puede pagar la alimentación? No es poner una barrera, es actuar para que esto no vaya a peor, porque jugar con el tema de la gratuidad puede hundir el sistema. Otro asunto, el copago. Ahora no tiene sentido dividir entre activos y pensionistas.

P. Responsabilidad política, altura intelectual, coraje… Cataluña, después de decir que iba a recurrir el RDL 16/2012 ante el Tribunal Constitucional, la semana pasada anunció que lo cumpliría “por obligación”. Pero esa “obligación” le viene bien, ¿no?

R. Seguramente lo recurrirán. Si es una invasión de competencias es un problema de principios y las comunidades no se van a dejar pisar. Otra cosa es que hasta que no se declare ilegal no lo apliquen. ¿Que ha venido bien? Hubiese venido mejor que le pasasen las transferencias de verdad, los recursos y la hacienda. Más responsabilidades, más recursos…

P. ¿No es tirar balones fuera?

R. Lo que no se puede decir es que las comunidades son responsables del déficit, cuando son las que aguantan todo el tema social, porque el Estado no tiene competencias sobre esto. Se han hecho las transferencias con insuficiencias y ahora se pide gastar menos.

P. Entonces el RDL 16/2012…

R. Pues a falta de pan, buenas son tortas, pero yo quiero pan, aunque haya alguna comunidad que quiera lo contrario. Es posible que no sea recomendable el café para todos cuando a alguien no le gusta el café. A lo mejor hay comunidades que quieren competencia para legislar, por ejemplo, el poder poner una tasa sobre pensión alimentaria en hospital.

Pregunta. En el escenario actual la oficina de farmacia también debe afrontar cambios. Usted siempre fue partidario de retocar la planificación, ¿no?

Respuesta. Lo dije hace años y lamento que no fuese capaz de convencer. El modelo no se va a sostener tal y como está, o las farmacias mayores financian a las más pequeñas o esto acabará mal. O se las ayuda o se las deja morir, pero entonces… ¿cómo justificar el modelo?

P. ¿Es la solución?

R. Hay que agrupar farmacias para ser más eficientes y viables. No pido que Se cierre su farmacia, lo que quiero es un cambio de mentalidad. Cuando salió el tema de las asociaciones profesionales creo que era una oportunidad de buscar fórmulas para llegar a modelos de gestión de farmacia eficientes.

P. ¿Cómo llevar a cabo ese cambio de mentalidad?

R. Por la vía del caos, es decir, sálvese quien pueda. O por la vía de retocar la ordenación. Ha habido un momento en el que podíamos hacerla, y no lo hemos hecho, y ahora nos la pueden imponer.

P. ¿Y por qué camino se va?

R. Ahora estamos cada uno guardando nuestra parcelita, pero entrando en la fase más negra. No hemos llegado a asfixiarnos pero respiramos con dificultad. Eso pasa con el tema de la financiación, en el que hay compañeros que ya no respiran.

P. Un camino: cobro por servicios.

R. Sí. Es un tema de tiempos. Se planteó a finales de los 90 porque los márgenes no se iban a sostener. Ahora, la pregunta es si el sistema público está dispuesto a pagar un servicio en el que ya ha invertido. Pero es un cambio cultural el que la farmacia te pueda dar algo más.