Investigación/ Su grupo investiga la microbiota humana y de otras especies

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c. o. Barcelona | viernes, 12 de octubre de 2012 h |

El valenciano Andrés Moya Simarro ha sido reconocido este año con el Premio Nacional que otorgan la Sociedad Española de Genética (SEG) y la Fundación Pryconsa, en la categoría de Genética Básica. GM habló con él sobre su trayectoria y acerca de las expectativas que existen en el campo de la investigación en esta época de recortes. A su juicio, España lleva un importante retraso en la generación de conocimiento.

Pregunta. ¿Qué supone para usted haber recibido el Premio Nacional de Genética?

Respuesta. El premio supone una gran satisfacción. Aunque he obtenido otros premios en el pasado, este tiene una particularidad: te lo otorgan tus pares, y eso tiene una especial relevancia para mí.

P. ¿Cuáles son sus hallazgos clave?

R. Creo que mis contribuciones al campo de la genómica y la metagenómica de los microrganismos, particularmente aquellos que viven en simbiosis en diferentes especies, y en concreto la humana, supone uno de mis mayores hitos. Ahora mismo dirijo un programa de investigación en el Centro Superior de Investigación en Salud Pública (Csisp) de Valencia, y en la Universitat de València, orientado exclusivamente al estudio de las microbiotas, humana y de otras especies.

P. Acerca de la evolución de los virus, ¿qué poblaciones ha caracterizado y qué alcance tiene este trabajo en términos de salud pública?

R. En este caso las investigaciones más relevantes son las relacionadas con la resolución de brotes epidémicos. Por resolución entiendo poder identificar la fuente y origen que inicia un brote de un virus o una bacteria en el medio natural, en un hospital, etcétera. Creo que tuvo una gran efecto mediático el estudio que llevé a cabo sobre la transmisión del virus de la hepatitis C de un cirujano a algunos de los pacientes que intervenía en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona, o de ese mismo virus en el conocido como caso Maeso, donde el anestesista fue acusado de la infección de más de doscientas personas.

P. Ha descrito la complementariedad metabólica entre distintos organismos. ¿De cuáles se trata y qué métodos ha empleado para lograrlo? ¿Qué concluye de los resultados?

R. Muchos microorganismos viven en simbiosis con especies más complejas, entre ellas la nuestra. Pues bien, esos microorganismos suelen suministrar productos esenciales para la supervivencia de su hospedador.

Y lo mismo ocurre con el hospedador, que le suministra otros que son necesarios para su mantenimiento vital. Ese es un tipo de complementación. Hay otros más sofisticados, pero que también ponen de manifiesto cómo los seres vivos evolucionan en simbiosis más de lo que sospechábamos hasta el momento.

P. En la actualidad dirige el Centro Superior de Investigación en Salud Pública del Gobierno valenciano. ¿Cuáles son las perspectivas actuales dentro del entorno de crisis?

R. El Csisp tiene como lema ‘Investigación en acción’, que quiere decir que estamos por la labor de desarrollar un programa de trabajo que tenga impacto en la salud pública en un tiempo relativamente corto. Existen áreas dentro del Csisp que examinan, por ejemplo, hasta qué punto está optimizado el gasto hospitalario (recalco optimizar, no reducir), otras que investigan el efecto de productos medioambientales en la salud infantil y adulta. Estos dos programas, que no son los únicos, tienen un impacto inmediato en la medida en que de sus resultados se pueden derivar acciones concretas en salud pública.

P. Los avances en genética son un elemento clave en la medicina del futuro. ¿Cuáles son los retos más inmediatos? ¿Qué augura en los próximos 10 años?

R. Nosotros llevamos a cabo en el Csisp, en el área de genómica y salud, un programa específico de investigación del microbioma humano. Pues bien, se trata de caracterizar el genoma y la función de los genes respectivos de cientos de especies que nos pueblan. Estoy convencido de que muchas patologías que van asociados a cambios en la microbiota humana van a poder ser abordadas de forma efectiva tras conocer cómo están implicados en ellas dichos microorganismos.

P. ¿En qué medida considera que los recortes en investigación frustrarán lo logrado hasta ahora, así como los nuevos proyectos? ¿Existen alternativas?

R. En Alemania tenían crisis como la nuestra, o parecida, hace unos años. Los dirigentes de turno decidieron entonces incrementar los presupuestos para la investigación. ¿Estamos en condiciones de poder afrontar un reto de estas características? Por desgracia, el retraso secular que llevamos en la generación del conocimiento queda plasmado en políticas que siguen sin apreciar la relevancia de invertir en conocimiento. Pero también tengo que manifestar algo en relación con la propia clase científica en nuestro país. Hay que pensar a lo grande, plasmar e implicarse en proyectos que sean realmente novedosos y que estén en la frontera del conocimiento. No hay que mirar simplemente a la ciencia en minúscula, sino que se debe dirigir la mirada a grandes cuestiones y retos intelectuales.