Investigadores del CNIO han conseguido el primer modelo de ratón que reproduce fielmente las fases del carcinoma hepatocelular (HCC) humano. Asimismo indican que dietas ricas en nicotinamida ribósido (NR), un derivado de la vitamina B3, protegen a estos ratones del desarrollo del HCC ya en sus fases más iniciales, cuando el estrés genotóxico causa daños en el ADN celular.
Los investigadores crearon mediante ingeniería genética ratones que contenían niveles elevados de URI en el hígado. Después de 30 semanas con altos niveles de URI, los ratones generaron tumores esporádicos en el hígado e incluso metástasis cuando la inducción del gen persistió en el tiempo. “El aumento de URI disminuye el NAD+ celular y produce estrés genotóxico y daño en el ADN”, explica Nabil Djouder, jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del Programa de la Fundación BBVA-CNIO. Aunque se suele decir que los oncogenes inducen daños en el ADN, “ahora podemos decir que los oncogenes inducen la disminución de NAD+, lo que causa los daños en el ADN”, aclara Djouder. Cuando los científicos suplementaron la dieta de los ratones modificados genéticamente con nicotinamida ribósido, que aumenta los niveles intracelulares de NAD+, no observaron desarrollo tumoral. Incluso, cuando administraron esta dieta a ratones que ya habían desarrollado la enfermedad, los tumores reducían de tamaño y desaparecían. Además de trabajar con el modelo de ratón, los autores han cotejado los resultados sobre casi un centenar de muestras humanas. Y vieron que las procedentes de pacientes con HCC contienen niveles de URI que duplican los de las muestras sanas. A pesar de los resultados, los investigadores alertan de que la eficacia de los suplementos nutricionales potenciadores de NAD+ como terapia combinada en oncología no está demostrada en humanos. Ahora, el equipo ampliará los estudios en ratones y valorará el posible salto a humanos.