UE/ Carlos Amaya renueva como vicepresidente de la FEMS con un amplio respaldo

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Apuesta por la creación de un ‘lobby’ médico que alce una sola voz en Europa

Luchará contra las 48 horas y pedirá cohesión en temas laborales y formativos

| 2009-10-11T18:05:00+02:00 h |

J. García/M. RASPAL

Madrid

La búsqueda de una línea de cohesión sobre temas tan importantes a nivel europeo como la directiva de tiempo de trabajo, las condiciones laborales de los profesionales o la demografía médica, con la vista puesta en la constitución de un grupo de presión formado por todas las organizaciones europeas, son los retos con los que Carlos Amaya encara los próximos tres años como vicepresidente de la Federación Europea de Médicos Asalariados (FEMS).

Tras resultar elegido con un amplio respaldo —un 88,2 por ciento de los votos pese a que rivalizaba con tres candidatos más— en la última Asamblea General de esta organización, Amaya asegura que pondrá todo su empeño en buscar sinergias, puntos de encuentro y de conexión entre los médicos, para que exista una sola voz del colectivo en Europa, sin divisiones ni fragmentaciones y, que en el futuro pueda derivar en una “domus médica”, una sede en Bruselas en la que se albergara el conjunto de la profesión.

Domus médica

Para conseguir esto que el vicepresidente de la FEMS define como una “especie de sueño”, considera necesario que los implicados no antepongan los temas personales por encima de los intereses comunes de la profesión, algo que no es precisamente fácil de conseguir pero que tampoco contempla como una utopía pues algunos pasos ya están dados y la predisposición es buena. Así, el pasado mes de junio se reunieron por primera vez todas las organizaciones médicas para sacar un documento previo a las elecciones y, en la actualidad, la FEMS ya comparte sede y personal con la Asociación Europea de Médicos de Hospitales —también se ha invitado a la entidad que engloba a los residentes (PWG, en sus siglas en inglés)—, sin perder personalidad jurídica y ahorrando en costes económicos.

En esta línea trabajará la ejecutiva de la organización a la vez que pondrá sobre la mesa de los grupos parlamentarios y de las comisiones de Trabajo y Sanidad, de forma más inmediata, su posición respecto a la directiva de tiempo de trabajo que, según Amaya, probablemente resurgirá con la nueva composición del Parlamento Europeo, de tinte más conservador. Aunque cree que no volverá a plantearse el tema de que la guardia inactiva y el descanso compensatorio se contabilicen en la jornada laboral del médico, no descarta que, ante la carencia de profesionales en muchos países, se propongan de nuevo los contratos por encima de las 48 horas semanales.

Criterios comunes

Conocer de forma detallada las condiciones de trabajo de los profesionales en cada uno de los estados miembros, así como los aspectos relacionados con la demografía médica para reclamar a los europarlamentarios el establecimiento de unos criterios comunes en toda la Unión Europea será una de las grandes prioridades de la FEMS, que también incidirá en la necesidad de políticas cohesionadoras sobre aspectos formativos relacionados con el númerus clausus —en algunos países existen y en otros no— o el reconocimiento de títulos a médicos extracomunitarios —muy flexibles en algunos estadios y muy rígidos en otros— que están provocando el trasvase de profesionales.

“Para ello es muy importante formar cuanto antes ese lobby médico, para buscar estrategias comunes”, insiste Amaya.

La Comisión Europea ha emitido varios dictámenes aceptando que los médicos en formación del Reino Unido, los Países Bajos y Hungría amplíen su jornada laboral temporalmente —hasta el 31 de julio de 2011— siempre que ésta no supere las 52 horas, incluidas las guardias en el lugar de trabajo. Ésta es una de las consecuencias de la directiva de ordenación del tiempo de trabajo —todavía en vigor tras la falta de acuerdo sobre su modificación durante cinco años de negociaciones—, pues contiene normas especiales para los médicos residentes, estableciendo un periodo transitorio de cinco años para reducir su jornada laboral hasta llegar a las 48 horas semanales. Dado que estos tres Estados miembros no han cumplido dicho periodo — finalizó el 31 de julio de 2009— se les ha concedido una prórroga de dos años. La directiva también permite a los países que tengan dificultades especiales para afrontar sus responsabilidades de organización y prestación de servicios, ampliar el límite de 52 horas para los médicos en formación durante un único año hasta el 31 de julio de 2012.