ENTREVISTA/ Vicente Pastor llega al Peset para impulsar en el hospital una mayor integración de la AP en el Departamento

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| viernes, 30 de abril de 2010 h |

Pregunta. ¿Cuál debe ser la función de los jefes de servicio en la gestión?

Respuesta. Como norma general los jefes de servicio tienden a distinguir dos tipos de asistencia, la que se da en el hospital y la que se da en las consultas, restándole cierta importancia a esta última, pero ya no siempre es así, los tiempos están cambiando. Ahora, afortunadamente, ya hay muchos jefes de servicio que saben que, dominando la parte de consulta, obtienen un sinfín de beneficios en la parte hospitalaria. Si los que nos dedicamos a la gestión somos capaces de trasladarles esta idea, darles poder y ofrecerles las herramientas a estos jefes de servicios, para que no sólo se dediquen a organizar y gestionar el proceso hospitalario, sino también el ambulatorio, se producirá un enorme beneficio.

P. Si le he entendido bien, usted apuesta por que los jefes de servicio tengan más poder.

R. No es una cuestión de mayor poder, que ya tienen bastante, hablamos de otra cosa, de que tengan confianza, los jefes de servicio tienen que estar alineados con la estrategia de la gerencia de un departamento, todos vamos en el mismo barco. Muchas veces no se toman decisiones por cuestiones como pueden ser la de evitarse conflictos, pero las cosas hay que hablarlas y para ello es importante que se tenga la confianza de la gerencia. Si al jefe de servicio se le convence de eso y le da importancia al proceso ambulatorio, es él quien tendrá que tomar esas medidas de cambio organizativo y pensar que, a lo mejor, en lugar de dos consultas a la semana, por ejemplo, tiene que haber tres o cuatro.

Toni Martínez

Valencia

Procedente de la gestión de AP, ha pasado por departamentos como el de Gandía, Dénia o Valencia. Ahora Vicente Pastor llega al Hospital Peset de Valencia para tender nuevos puentes entre los centros de salud y el hospital.

Pregunta. ¿Afectará su bagaje en AP a la gestión del Peset?

Respuesta. Mi obsesión siempre ha sido la bisagra, el paso de primaria a especialidad. En los últimos ocho años no he hecho otra cosa que no sea esto, contribuir a la unificación de un hospital aportando la parte ambulatoria.

P. Y esa obsesión, ¿cómo se va a trasladar a su gestión?

R. Tengo muy claro que el impacto mayor para la sanidad siempre es un ingreso hospitalario, sin embargo tiene mucho más peso en la salud de las personas la asistencia ambulatoria, de ahí la trascendencia de que primaria funcione bien. Mi punto fuerte es tener una visión globalizada, sin escalones y de continuidad del proceso asistencial. Esto es difícil y complicado porque hablamos de profesionales que han sido formados de una manera determinada, que defienden su parcela y a los que, en muchas ocasiones, aún con buena voluntad, les es difícil salirse de su ámbito de actuación.

P. ¿Entenderán los profesionales estas nuevas situaciones?

R. Creo que ya lo van entendiendo, los años van pasando y la mentalidad también, pero el mensaje llega. Hablamos de un proceso de integración asistencial que empezó hace ochos años, entonces nos costaba horrores trasladar este mensaje a la parte de especializada porque no había una predisposición, incluso en primaria no era fácil la cosa. Sin embargo, al cabo de ocho años y con la perspectiva del tiempo, las cosas han cambiado, hay mucho especialista con una mentalidad muy abierta a primaria, que sabe que si tiene que controlar su especialidad tiene que contar con el médico de primaria porque si no le falta algo, y el médico de primaria entiende perfectamente que tiene que comunicarse con el especialista.

P. ¿Qué importancia tienen ahí las nuevas tecnologías?

R. Un papel básico, todo va siguiendo esa estrategia, de hecho otra de mis obsesiones es que el médico de primaria tenga acceso a toda la información que tiene el hospital de sus pacientes. En el Peset se está haciendo el pilotaje del sistema Orion, cuando esté en marcha se conectará con Abucasis, apostaremos por el sistema de información de la consejería y además tendremos una ventaja, seremos los primeros en disfrutarlo. Mientras tanto, el médico de primaria va teniendo acceso a los sistemas de información del hospital y por tanto a los conocimientos de los procesos de ese paciente y al revés también, por supuesto. Cuando se comparte información, cuando se conoce el nombre del médico de primaria de ese paciente y se le conoce la cara, facilita la comunicación, se descuelga el teléfono más fácilmente y eso es lo que constituye la columna vertebral de un proceso de integración.

P. ¿Cómo se deben integrar las consultas externas?

R. Los gestores tenemos que cambiar el chip y cuando gestionamos estructuras tenemos que ponernos en la situación del paciente. Si el ciudadano, desde el punto de vista de salud, diferencia entre atención ambulatoria e ingreso, tendremos que hacer lo mismo porque facilita mucho las cosas. Yo era el director de la parte ambulatoria de un departamento, por lo tanto bajo mi control —aunque no me guste la palabra— estaban todos los procesos ambulatorios, gestionaba un médico de primaria, pero también el cardiólogo del centro de especialidades, eso hacía que se aunasen criterios y se facilitaba el tránsito del paciente en el área ambulatoria. Para esto se pueden usar varias herramientas, la que a mí me parece más importante es el papel del jefe de servicio, ellos deben ser la pieza clave en un proceso de integración de los procesos ambulatorios.

P. Y esto también tiene una repercusión económica…

R. En cualquier decisión que se tome hay que tener en cuenta la parte económica. Aquí hay mucho margen de maniobra, existen muchas posibilidades de hacer cambios que no sólo influyen en la satisfacción y la salud del usuario, sino que también nos hacen más eficientes y con un menor coste. El proceso más caro en sanidad es el proceso hospitalario y para que no haya ingresos hay que hacer cosas, hay que conseguir que ese paciente, en el que el médico de primaria ha detectado una patología y que necesita un especialista, tenga una consulta en un tiempo razonable, con las actuaciones ambulatorias que precise y con el intercambio de información entre el médico de primaria y el especialista.

P. Aunque se corre el riesgo de que aumenten las listas de espera.

R. No le quepa la menor duda de que esto de lo que estamos hablamos implica también un cambio en la organización. Si yo fuera cardiólogo, mi ilusión sería trabajar en el hospital y allí hacer intervenciones todos los días. Esto no puede ser porque la sociedad demanda otras cosas y a ese cardiólogo a lo mejor hay que decirle que, independientemente de que potenciemos su desarrollo profesional en el quirófano, también tiene que saber que debe salir fuera para atender las consultas en el ámbito ambulatorio.