estudio/ Semergen presenta un análisis comparativo de la situación de los médicos de atención primaria y el personal de enfermería de España

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JOSÉ GARCÍA Madrid | viernes, 03 de febrero de 2012 h |

La mayoría de médicos y enfermeros de Atención Primaria —un 86 y un 75,4 por ciento, respectivamente— se muestran partidarios de la implantación de algún sistema de copago sanitario, visto este como una herramienta para racionalizar la atención sanitaria, según se desprende del ‘Análisis comparado de la situación de los médicos de AP y personal de enfermería de España’, una encuesta realizada por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) a 1.500 facultativos y 1.500 enfermeros del primer nivel asistencial para analizar las condiciones en las que estos profesionales desarrollan su labor asistencial.

Los resultados del estudio fueron presentados por uno de sus autores, el vicesecretario de Semergen, Ignacio Cantero, el presidente de la sociedad, Julio Zarco, y su homólogo en el Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado. Todos coincidieron en el “alto nivel de concordancia” que refleja que en AP trabajan profesionales muy cualificados.

Sobre el copago, Zarco dijo que suele entenderse como un “pago per cápita por un acto médico”, pero el estudio habla de herramientas para racionalizar la atención sanitaria y garantizar la sostenibilidad del sistema. Entre ellas, Zarco aludió al tique moderador o la factura sombra, implantada ya en algunas comunidades autónomas, como Madrid y Andalucía. Y sobre las razones que médicos y enfermeros esgrimen para justificar algún sistema de copago, Cantero destacó reducir el uso innecesario del sistema —79 por ciento de médicos y 72 por ciento de enfermeros— y contribuir a la financiación —46 y 37 por ciento, respectivamente—. “Solo un 14 por ciento del personal médico y un 25 por ciento del personal enfermero rechaza este tipo de herramientas”, aclaró Cantero.

El estudio también refleja un grado de satisfacción medio-alto de médicos y enfermeros con sus condiciones laborales —un 65 y un 68 por ciento— y con su retribución económica —el 40 por ciento en ambos casos—. Ahora bien, ambos colectivos muestran un elevado grado de desmotivación —88 y 89 por ciento, respectivamente— y consideran que la orientación de su carrera profesional debería basarse en la valoración y evaluación de aspectos inherentes al ejercicio de la profesión médica, especialmente en procesos de desarrollo profesional continuo (DPC). La sobrecarga asistencial, la falta de personal y la escasez de infraestructuras y equipamientos también son causa de esa desmotivación profesional.

Las comunidades autónomas cuyos profesionales se consideran mejor retribuidos son aquellas en las que han manifestado sentirse más satisfechos con su situación laboral y donde se dan mayores porcentajes de apoyo a que una parte del sueldo sea variable y esté sujeta a incentivos previamente definidos y fácilmente medibles y evaluables —76 por ciento de médicos y 73 por ciento de enfermeros—. Estas regiones son Asturias, País Vasco, Murcia, Aragón, La Rioja, Castilla-La Mancha y Navarra. También expresan de forma mayoritaria que deben ser incentivados por resultados en salud y, también, por número de pacientes atendidos.

En relación con los aspectos asistenciales, los médicos dicen estar sometidos a una mayor sobrecarga asistencial que los enfermeros —91,1 por ciento y 65,5 por ciento—. Ambos colectivos son favorables a la reorganización de las cargas de trabajo y responsabilidades dentro del equipo, de forma que se les descargue de ciertas tareas burocráticas.

Prescripción enfermera

Un 54 por ciento de los médicos se han mostrado de acuerdo con la prescripción enfermera, siempre y cuando se haga con el consenso del equipo sanitario y dentro de un protocolo de actuación. Uno de cada cuatro profesionales de primaria ha sufrido agresiones en el último año por parte de los pacientes o sus acompañantes. Y sobre la colegiación, tan sólo un 41 por ciento del personal de enfermería está a favor de que sea obligatoria. En este punto, González Jurado aclaró que el CGE maneja encuestas internas donde más del 80 por ciento está a favor. “No conozco ningún país donde no sea obligatoria la colegiación para evitar abusos de poder de la administración. Nuestra función es de control, la colegiación per se no me dice nada”, aseveró.

La mayor parte de los profesionales encuestados considera válido pero mejorable el actual modelo de AP —77 por ciento y 83 por ciento, respectivamente—. Así, las áreas de mejora, según expuso Cantero, pasan por profesionalizar la gestión, incrementar el presupuesto destinado a la primaria, el reparto de funciones y la asignación de nuevos roles, campañas de educación sanitaria, la corresponsabilidad del paciente, consultas online no presenciales, un incremento y una mejor distribución de los recursos humanos, el acceso a pruebas diagnósticas, el uso generalizado de nuevas tecnologías, la descentralización de la gestión con fórmulas de participación activa de los profesionales y potenciar la investigación en primaria.

Finalmente, Zarco hizo hincapié en que este estudio rompe un falso mito de conflicto entre médicos y enfermeros, abogó porque la enfermería adopte un papel más activo y defendió su participación en el Foro de Atención Primaria, mientras que González Jurado destacó la integración de procesos asistenciales, el trabajo en equipo y la gestión clínica con profesionales altamente cualificados y motivados con el sistema, que además se quejan poco.