“Puede servir de base para el trabajo que ha de realizar la CNE sobre el desarrollo profesional”, explica Casado
Semfyc y SEMG remiten al nuevo programa de la especialidad que ya contempla en sí un mapa competencial
José GArcía
Madrid
En pleno debate sobre la troncalidad y cuando es necesario establecer el mapa competencial de cada especialidad, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), basándose en el esquema general de la Comisión Nacional de la Especialidad, acaba de sacar a la luz el primer mapa de competencias del médico de familia, un documento que ha llevado más de un año de trabajo y en el que han participado 170 profesionales de los 33 grupos de trabajo de la sociedad y otras especialidades. Según Paloma Casado, vicepresidenta primera de Semergen, este mapa competencial —punto de partida del proyecto DPC-AP y válido para la recertificación de la especialidad de cara a la recolegiación— “puede servir de base” para el trabajo que ha de realizar la Comisión Nacional de la Especialidad, que además del libro del residente, debe velar por el desarrollo profesional del médico de familia. “Parte del trabajo ya está hecho. Queremos que se sepa y que se pueda aprovechar”, añade.
El objetivo de este mapa, explica José Luis Garavís, vicepresidente tercero de Semergen, es “determinar el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y desempeños que configuran la competencia profesional que debe poseer todo médico que desarrolle su actividad en AP, así como su nivel de responsabilidad en la realización de las mismas”. Establece competencias de carácter genérico (comunicación, gestión de la atención, bioética, docencia o investigación) y de carácter específico (atención al individuo, la familia o la comunidad). Y cada competencia se desglosa en cuatro áreas de capacitación (conocimientos, habilidades, actitudes y desempeños) y tres niveles de competencia (básico, avanzado y excelente). Este mapa competencial, que Semergen se compromete a revisarlo cada dos-tres años, ha sido muy bien acogido por la Comisión Nacional de la Especialidad, que no ha podido avalarlo al no ser una función propia de un órgano consultivo, aclara Casado. Ahora bien, el DPC-AP, en el que se engloba este mapa, sí cuenta ya con el aval de Facme, la Conferencia de Decanos y el Ministerio de Sanidad, que también lo ha financiado, y a él se han adscrito los colegios de médicos de Córdoba y Pontevedra, y están en trámite Granada, Cantabria y Málaga de cara a la recolegiación que obligará la Ley Ómnibus.
Casado y Garavís lamentan que las otras sociedades de primaria y la OMC “miren a otro lado” ante el ofrecimiento del DPC y recuerdan el rechazo inicial del grupo ARA. “Nunca hemos entendido la necesidad de establecer un marco mínimo de competencias que fuese común a otras especialidades, ya que finalmente cada especialista tendrá que ser valorado por sus iguales. Ello provocó que el DPC y el ARA nunca confluyesen, siendo ahora casi imposible al estar el DPC terminado y desconocerse el estado de desarrollo del ARA”, explica Casado, que añade que el ARA“se limita a evaluar y dar un certificado” mientras que el DPC, una vez que se evalúa al profesional, le ofrece un “trayecto formativo” para solventar sus carencias.
Al respecto, tanto la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria (Semfyc) como la Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG) coinciden en señalar a GM que el nuevo programa de la especialidad es en sí un mapa competencial del médico de familia. Según Vicky Gosalbes, responsables de Desarrollo Profesional de Semfyc, este mapa se divide en áreas competenciales esenciales, que coincidirían con aquellas generales dentro del decreto de troncalidad; áreas competenciales de atención al individuo, que coinciden con las competencias de la troncalidad médica; y luego otras más específicas, de atención a la familia y a la comunidad. “En esto está trabajando ahora la CNE”, apunta.
Gosalbes conoce el DPC-AP de Semergen, pero alude como herramienta de evaluación al portafolio integral de Semfyc, que contempla un paquete mínimo de 26 competencias básicas; el portafolio docente y el mapa de competencias del urgencias. “Luego está la ECOE, adecuada para la recertificación”, añade. Gosalbes considera el DPC y el portafolio “herramientas diferentes, que miden de forma distinta” y apunta que Semfyc trabaja ahora en establecer un modelo de gestión del conocimiento” para ofertar la formación que se necesita una vez realizado el portafolio”.
Por su parte, Juana Sánchez, vicesecretaria general de SEMG, revela que su sociedad también trabaja en un mapa de competencias, que no ha presentado, y asegura que el de Semergen, aunque es “muy positivo”, aporta “poco” sobre lo que hay, ya que “recuerda mucho al de Andalucía” y al de la CNE. Sánchez es partidaria de entre todas las sociedades de AP consensuar un proyecto que sea síntesis de todos los que hay.