José A. Rodríguez Barcelona | viernes, 10 de julio de 2015 h |

Madrileño de nacimiento, y biólogo de formación, al director de Investigación Preclínica del Vall d’Hebron Instituto de Oncología y profesor Icrea lo que le va es zambullirse bajo el agua. Ante la duda existencial de que le ofrecieran un puestazo en un centro a mil kilómetros del mar, lo tiene claro: “El VHIO es un excelente sitio para investigar, así que no me veo cambiando”. Y a un tiro de piedra del mar, claro.

Pregunta. Entiendo que te guste bucear rodeado de besugos y sepias, pero tiburones…

Respuesta. Hace poco estuve en las Maldivas, y fue increíble estar tan cerca de tiburones tan increíbles como los tiburones grises o lo tiburones ballena, que miden entre ocho y diez metros de largo.

P. ¿Y volviste entero?

R. Esos tiburones no son agresivos. Son los tiburones blancos los que atacan a las personas.

P. A mí no me asusta el color, me asustan los colmillos…

R. En serio, es raro que con los tiburones grises o ballena pase algo.

P. Pero ¿qué te aportan esos paseos submarinos?

R. La misma curiosidad que siento en el laboratorio es la que me impulsa a sumergirme bajo el agua ¡Es un mundo tan interesante y tan diferente del terrestre! La curiosidad me define mucho. Y mi sueño sería descubrir nuevas sustancias anticancerígenas en algún organismo marino.

P. ¿Y por qué te decidiste por la oncología?

R. Más bien la oncología fue como una ola que me llevó hacia ella. Asistí a la expansión de las investigaciones en ese campo, y me fueron saliendo proyectos relacionados con el cáncer.

P. ¿Veremos algún día la cura de todos los tumores?

R. Yo estoy convencido de que sí. Lo que ocurre es que cuanto más investigamos sobre esta enfermedad, más conscientes somos de su heterogeneidad y de lo compleja que es. Hace unos años, no se era consciente de la magnitud del reto de comprender los mecanismos del cáncer. El problema es que no se puede prever cuándo se conocerán del todos esos mecanismos. Es como subir y subir una escalera que no sabes cuántos peldaños tiene.

P. Ni la investigación ni el submarinismo son actividades que se puedan realizar en solitario.

R. No, se llevan a cabo en equipo. Está prohibido hacer submarinismo uno solo, porque es peligroso. Cualquier pequeño problema puede ser mortal, si no hay un compañero cerca que te pueda ayudar. Y en el laboratorio hay que trabajar en equipo para obtener buenos resultados. P. ¿Los recortes en investigación han dejado con el agua al cuello al futuro de la investigación en España?

R. Los recortes han sido muy perjudiciales. Los políticos tienen muy poca conciencia de lo importante que es la investigación para el desarrollo de un país. Es tan fácil destruir el tejido científico de una sociedad, y tan difícil reconstruirlo.

P. Cuando oyes a los políticos hablar de ciencia, ¿te suena a diálogo de besugos?

R. El problema no es sólo de los políticos, que tienen buena parte de la culpa, sino también de la sociedad en general, que no creo que valore en su justa medida la importancia de la ciencia. Y los científicos también tenemos nuestra responsabilidad, ya que deberíamos salir más a explicar lo que hacemos.

¿Un lugar en el que tienes muchas ganas de bucear? La Gran Barrera de Coral australiana, porque tiene que ser absolutamente increíble.

¿La experiencia más increíble bajo el agua? Pues la más reciente, en las Islas Maldivas, nadando al lado de mantas rayas de más de cuatro metros.

¿Un libro? El emperador de todas las enfermedades: una biografía del cáncer.

¿Un grupo de música? Pues últimamente me he vuelto a aficionar mucho a Los Secretos.

¿Te has planteado a qué te dedicarías si no fueras investigador? Pues me dedicaría a algo relacionado con el submarinismo.